En el marco de The District 2025, un evento inmobiliario destacado en el sur de Europa que se lleva a cabo en Fira Barcelona, se llevó a cabo la ponencia titulada «Reimagining Global Business Districts: Mixed-use Identity and Urban Integration», moderada por Clara Herrero-Earl, Senior Consultant de Retail High Street en Laborde Marcet. Este encuentro ofrece una plataforma para analizar las transformaciones en los distritos empresariales a raíz de la creciente demanda residencial y las nuevas formas de vida en entornos metropolitanos.
Durante la sesión, se discutió cómo los principales distritos empresariales del mundo están redefiniendo su posición estratégica, evolucionando de ser entornos laborales monofuncionales a convertirse en centros urbanos multifuncionales y sostenibles. La convivencia de oficinas, viviendas, comercios, espacios de ocio y cultura promueve una integración más efectiva con el tejido urbano y social, según los participantes.
Simon Chinn, Vicepresidente de Servicios de Investigación y Asesoramiento para Europa en el Urban Land Institute (ULI), enfatizó la necesidad de repensar el papel de estos distritos como motores de regeneración urbana. En un contexto de volatilidad económica y desafíos geopolíticos, destacó la importancia de adaptarse a un modelo de trabajo híbrido, que ha surgido como resultado de la pandemia.
Chinn subrayó que los Central Business Districts (CBDs) están dejando atrás su imagen de espacios exclusivamente laborales, para transformarse en destinos urbanos donde la cultura y el ocio juegan un papel fundamental. Los propietarios inmobiliarios, añadió, deben comprender el concepto de «lugar completo», considerando el entorno cultural y de ocio que rodea sus edificios, y su contribución al valor general del área.
Los criterios más relevantes para las empresas al evaluar la atracción de estos distritos incluyen la capacidad para atraer y retener talento, la conectividad multimodal y la calidad ambiental. Sin embargo, también se plantearon preocupaciones sobre la asequibilidad de la vivienda y el costo de vida, que afectan la competitividad de estos entornos. Un 46 % de las empresas considera que estos factores son amenazas significativas.
Clara Herrero-Earl concluyó resaltando las tendencias emergentes que están reformulando el futuro del sector inmobiliario comercial. Destacó que estamos viendo una consolidación de espacios híbridos y multifuncionales, que priorizan no solo la productividad económica, sino también la resiliencia urbana, la calidad de vida y la sostenibilidad a largo plazo.