En 2023, el uso de fertilizantes minerales, que incluye nitrógeno y fósforo, en la producción agrícola de la Unión Europea alcanzó los 9,3 millones de toneladas. Este volumen representa una disminución del 3,7% en comparación con 2022, y una caída acumulada del 20,5% desde su punto más alto en 2017.
Los datos, recientemente divulgados por Eurostat, ponen de manifiesto la tendencia a la baja en el consumo de fertilizantes inorgánicos en el continente. Estos fertilizantes son conocidos por su capacidad para mejorar significativamente la producción agrícola, aunque su uso excesivo puede conducir a la lixiviación de nutrientes en el medio ambiente, exacerbando problemas de contaminación.
Dentro de esta cifra total, el uso de fertilizantes nitrogenados fue estimado en 8,3 millones de toneladas en 2023, lo que se traduce en una reducción del 3,8% en comparación con el año anterior. La utilización de estos fertilizantes fue más pronunciada en los principales productores agrícolas de la UE, destacando Francia con 1,7 millones de toneladas, seguida de Polonia y Alemania, ambas con 1,0 millón de toneladas.
El uso de fertilizantes fosfatados también mostró una tendencia a la baja, situándose en 0,9 millones de toneladas en 2023, lo que representa una caída del 2,2% respecto al año anterior. Francia, Polonia, Alemania, España, Italia y Rumania fueron los países que más utilizaron este tipo de fertilizantes, concentrando casi tres cuartos del total generado en la UE.
Estas cifras evidencian un cambio en la gestión de insumos agrícolas en la EU, en un contexto donde la sostenibilidad y la responsabilidad ambiental cobran cada vez más relevancia. La estrategia hacia prácticas agrícolas más responsables podría significar un paso crucial para mitigar la contaminación y promover la salud del ecosistema agrícola en el futuro.