Detectives Algorítmicos y la Lucha Contra las Fugas: La IA y la Sensorización Se Unen

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Detecfuga, una empresa especializada en la detección electroacústica de fugas de agua en Huelva, destaca la reciente información publicada en el diario ABC sobre los avances en la detección de fugas de agua utilizando inteligencia artificial. En un país donde cada año se pierde una de cada cuatro gotas de agua en las redes de abastecimiento, la situación se torna crítica, especialmente en tiempos de sequía y con embalses en mínimos históricos. Este escenario plantea retos medioambientales y económicos que requieren soluciones urgentes.

La nueva generación de sistemas de monitorización se presenta como una alternativa prometedora. A través de la combinación de sensores móviles y fijos, capaces de «escuchar» el funcionamiento de las conducciones, junto con algoritmos avanzados que han sido entrenados con miles de horas de datos reales, se logra distinguir entre el sonido habitual de la red y el ruido que indica una fuga. Este sistema permite localizar con exactitud el origen de posibles incidencias y cuantificar el caudal de agua perdido.

Una de las grandes ventajas de esta tecnología es que permite realizar el análisis sin necesidad de interrumpir el suministro de agua ni llevar a cabo excavaciones, facilitando así la rápida toma de decisiones y la reducción de costos en las intervenciones. Los resultados obtenidos son ya evidentes; por ejemplo, en conducciones grandes donde las técnicas tradicionales tenían limitaciones, las inspecciones inteligentes han podido identificar fugas a escasos centímetros de su origen, lográndose incluso la detección el mismo día en que se producen, lo cual se traduce en un ahorro significativo de litros de agua y una disminución del consumo energético.

Más allá de la detección, el uso de modelos predictivos permite priorizar inversiones y dirigir las labores de mantenimiento hacia las áreas con mayor potencial de riesgo. Esto optimiza los recursos económicos y aumenta la rentabilidad de cada euro invertido. En redes eficaces, la inteligencia artificial ayuda a detectar mínimas desviaciones de presión o caudal, que de otro modo pasarían desapercibidas. Además, la utilización de algoritmos en contadores inteligentes mejora la precisión en las lecturas y ayuda a identificar patrones de consumo anómalos, fortaleciendo así la consistencia en los balances hídricos.

La integración de sensores, inteligencia artificial y mantenimiento predictivo transforma radicalmente la gestión del agua. Este enfoque evoluciona de una modalidad reactiva hacia una proactiva, centrada en prevenir problemas antes de que emerjan, y transforma redes de abastecimiento en sistemas más eficientes, optimizables y medibles. Este cambio de paradigma no solo protege un recurso vital, sino que también contribuye a reducir las emisiones asociadas al consumo energético y mejora la resiliencia de las ciudades en el contexto de la sequía.