En 2024, las desigualdades laborales en la Unión Europea (UE) han puesto de manifiesto brechas significativas relacionadas con la discapacidad, el género y el origen. Según los últimos datos, la diferencia de empleo entre hombres y mujeres se sitúa en 10,0 puntos porcentuales, con una tasa de empleo del 80,8 % para los hombres y del 70,8 % para las mujeres. Esta brecha se ha reducido ligeramente en 0,2 puntos en comparación con 2023 y en 1,1 puntos con respecto a 2014.
La disparidad en el empleo es especialmente evidente entre la población nacida en el extranjero, donde la diferencia de tasas de empleo asciende a 18,1 puntos porcentuales. Los hombres nacidos en el extranjero presentan una tasa de empleo del 83,1 %, mientras que las mujeres en la misma categoría solo alcanzan el 65,0 %. Además, las mujeres nacidas en el extranjero tienen tasas de empleo 15,7 puntos porcentuales inferiores a las de las mujeres nativas.
Uno de los datos más alarmantes es la brecha de empleo entre las personas con y sin discapacidad, que alcanza un notable 24,0 puntos porcentuales. Esta situación pone de manifiesto la necesidad urgente de políticas inclusivas que aborden las barreras que enfrentan estos grupos en el mercado laboral.
La publicación de estos resultados coincide con el Mes de la Diversidad de la UE, un esfuerzo por sensibilizar sobre la importancia de la diversidad y la inclusión tanto en los entornos laborales como en la sociedad en general. Este contexto resalta la necesidad de avanzar en estrategias que promuevan la equidad y mejoren las condiciones de empleo para todos los ciudadanos europeos, independientemente de su género, origen o condición física.