Alrededor de 260,000 civiles, entre ellos 130,000 niños, permanecen atrapados en el campamento de desplazados internos más grande de Sudán, enfrentando condiciones inhumanas y sin ayuda durante más de 16 meses. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), en conflicto con el gobierno militar desde hace más de dos años, han cortado todas las líneas de suministro, dejando a la población en una situación crítica.
Desde mayo del año pasado, las milicias de la RSF han sitiado la ciudad, que es la última zona urbana bajo control gubernamental. La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, ha declarado que «estamos siendo testigos de una tragedia devastadora: los niños de Al Fasher se mueren de hambre mientras se bloquean los servicios nutricionales que salvan vidas».
Recientemente, se reportó un ataque en el campamento de desplazados internos de Abu Shouk, en el que murieron siete niños. Desde que comenzó el asedio, se han documentado más de 1,100 violaciones graves en El Fasher, incluyendo el asesinato y la mutilación de más de 1,000 menores. Además, al menos 23 niños han sido víctimas de abusos sexuales, y muchos han sido reclutados o utilizados por grupos armados.
Las instalaciones de salud y educación también han sufrido ataques, con 35 hospitales y seis escuelas dañados, resultando en numerosas víctimas, incluidos niños. Por su parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) advirtió que la situación en Darfur del Norte continúa deteriorándose. Russell subrayó que «bloquear el acceso humanitario es una grave violación de los derechos de los niños», enfatizando la urgencia de permitir acceso inmediato a El Fasher.
La crisis ha llevado a la suspensión de servicios médicos, afectando a unos 6,000 niños con malnutrición aguda grave, quienes ahora carecen de tratamiento. En apenas una semana, al menos 63 personas, en su mayoría mujeres y niños, han muerto por desnutrición. UNICEF hace un llamado a que se permita la entrega de alimentos terapéuticos, medicamentos y agua potable.
A la crisis humanitaria se suma el peor brote de cólera en décadas, que ha provocado más de 2,400 muertes desde julio de 2024. En los campamentos superpoblados alrededor de Tawila, Zamzam y El Fasher, los niños debilitados por el hambre son especialmente vulnerables a esta enfermedad, así como a otras infecciones transmitidas por el agua. Russell hizo un fuerte llamado a proteger a los niños y garantizar su acceso a la asistencia vital.
Fuente: ONU últimas noticias