Desarrollos En La IA Y Su Impacto En El Derecho De La Competencia

0
133
Developments in AI and Competition Law

La Inteligencia Artificial (IA) y la ley convergen en un momento crucial mientras los reguladores tratan de identificar la solución más adecuada a largo plazo para una tecnología que sigue avanzando a un ritmo acelerado. En este contexto, el Informe de Competitividad de la Unión Europea, publicado en septiembre de 2024, destaca la necesidad de que el bloque europeo considere cuidadosamente el próximo presupuesto para evitar que una regulación excesiva frene un futuro impulsado por la inteligencia artificial.

El informe, presentado por Mario Draghi, resalta cómo el estancamiento del crecimiento económico y una burocracia excesiva podrían amenazar la innovación y el bienestar social en Europa. Para hacer frente a esta situación, se recomienda un conjunto de políticas sectoriales y horizontales que permitan a la UE competir con Estados Unidos y China. Entre las propuestas se encuentra una inyección financiera de entre 750.000 y 800.000 millones de euros, provenientes de inversiones públicas y privadas, lo que representa un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) de la Unión. De este monto, 450.000 millones de euros se destinarían a la transición energética.

Además de estas inversiones, el informe sugiere reformar las leyes de competencia para facilitar fusiones entre corporaciones europeas, un tema candente desde que la UE bloqueó la fusión entre Siemens y Alstom en 2019. La aplicación de estas recomendaciones no dependerá exclusivamente de la presentación de Draghi ante el Consejo Europeo, sino también de factores externos, como la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, que comenzará en enero de 2025, y las negociaciones del próximo marco financiero plurianual de la UE para el período 2028-2034.

El informe también subraya la necesidad de incrementar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) para enfrentar la creciente demanda computacional que trae consigo la inteligencia artificial, un área en la que Europa está rezagada. Por ejemplo, las empresas europeas representan solo el 7% del gasto mundial en I+D en software y servicios informáticos, comparado con el 71% de Estados Unidos y el 15% de China.

A pesar de este retraso, Europa mantiene una posición sólida en la computación de alto rendimiento (HPC), gracias al establecimiento de infraestructuras públicas distribuidas en seis estados miembros. Se planea lanzar en el futuro dos computadoras de exaescala, lo que contribuirá a aumentar la capacidad de cómputo disponible para startups de IA, un paso crucial para ayudar a estas compañías a escalar sus sistemas.

El desarrollo del modelo digital de la UE incluye importantes legislaciones como la Ley de Mercados Digitales, que establece obligaciones para las plataformas digitales de gran tamaño. Estas regulaciones están diseñadas para asegurarse de que el sector digital sea justo y competitivo, aunque se anticipa un aumento en la resistencia entre empresas de la UE y de EE.UU. conforme estas últimas integren más la IA en sus tecnologías y las comercialicen.

El informe también indica que solamente el 11% de las compañías europeas están adoptando la IA, mientras que la meta es alcanzar un 75% para 2030. Esta situación refleja la falta de capital de riesgo y el déficit de grandes proveedores de servicios en la nube, similares a lo que ofrecen asociaciones como la de OpenAI y Microsoft en Estados Unidos.

En marzo de 2024, la UE aprobó la Ley de IA, que clasifica los sistemas de inteligencia artificial en diferentes niveles de riesgo. Se espera que su efectividad y repercusiones se hagan visibles hacia 2026. Con la IA avanzando rápidamente, el futuro de su regulación combinará elementos de emoción y controversia.

El futuro de la IA en Europa dependerá no solo del financiamiento en I+D, sino también de la revisión de las leyes de competencia. La posibilidad de colusión tácita y la inercia del consumidor, fomentadas por la lealtad a la marca y los costos de cambio, representan desafíos que los reguladores deberán abordar cuidadosamente para evitar la explotación de los consumidores y asegurar un mercado competitivo.

En definitiva, aunque la ley de IA de la UE ha sido un paso significativo, el rezago de Europa en el desarrollo de esta tecnología podría resultar en una disminución de su cuota de mercado frente a sus competidores no europeos. Para fortalecer la competitividad y minimizar prácticas anticompetitivas, será esencial una reforma continua que permita a las empresas europeas prosperar en un entorno global.
vía: AI Accelerator Institute