Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), ha advertido sobre las graves consecuencias que podría acarrear el colapso de esta organización. Durante su intervención en la Cuarta reunión de la Alianza Mundial para la Aplicación de la Solución de Dos Estados, celebrada en El Cairo, Lazzarini destacó que la debilitación de UNRWA dejaría un vacío en el territorio palestino ocupado, con efectos que se sentirían en toda la región.
Lazzarini subrayó que el actual contexto, marcado por la legislación del parlamento israelí y la suspensión de financiación por parte de donantes clave, pone a UNRWA en una situación crítica. “Cuando los niños son privados de educación y la población carece de acceso a servicios básicos, creamos un entorno propicio para la inestabilidad”, advirtió. Según él, esto no solo representa una amenaza para la paz en la región, sino que puede tener repercusiones globales.
El comisionado también mencionó que el personal internacional ha sido efectivamente expulsado de la Cisjordania ocupada. No obstante, gracias al compromiso del personal palestino, las escuelas y clínicas de salud de UNRWA continúan funcionando. En Gaza, aunque las operaciones siguen adelante con un equipo básico de personal internacional, el acceso a través del cruce de Kerem Abu Salem ha sido severamente restringido por Israel, complicando aún más la situación.
A su vez, el conflicto en Ucrania también ha dejado una huella devastadora, con reportes de al menos 12,654 civiles muertos desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, incluidos 673 niños. La Misión de Observación para los Derechos Humanos ha señalado que más de 29,000 personas han resultado heridas en el conflicto, con un ataque sistemático a infraestructuras clave que continúa agravando la crisis humanitaria.
En otro rincón del mundo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha expresado su condena ante el saqueo de miles de toneladas de suministros de ayuda en Bukavu, República Democrática del Congo, a raíz del avance de los rebeldes del M23. Esta situación ha dejado más de 7,000 toneladas de alimentos destinadas a las familias más vulnerables en un limbo crítico.
Finalmente, las Naciones Unidas y sus socios han hecho un llamado urgente a la comunidad internacional, solicitando 6,000 millones de dólares para abordar la crisis humanitaria en Sudán. Con aproximadamente 26 millones de personas necesitadas de asistencia, el conflicto ha llevado a condiciones de hambruna y un alarmante aumento de la violencia, mientras el desplazamiento forzado se ha convertido en la norma en la región. La situación sigue siendo de una gravedad extrema, requiriendo atención inmediata y recursos sustanciales para evitar un desastre humanitario mayor.
Fuente: ONU últimas noticias