La Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria de la ONU ha reducido significativamente su llamamiento humanitario para 2026, solicitando 33.000 millones de dólares para asistir a 135 millones de personas que enfrentan situaciones de crisis por conflictos y desastres naturales. Esta cifra representa casi la mitad de los 47.000 millones de dólares solicitados en 2025, de los cuales se recaudaron apenas 12.000 millones. El motivo principal de esta drástica disminución se encuentra en los recortes de financiación provenientes de donantes clave, como Estados Unidos y varios países europeos.
Tom Fletcher, responsable de la ayuda humanitaria de la ONU, describió el nuevo plan como basado en «decisiones terribles de vida o muerte» y enfatizó que se priorizarán 23.000 millones de dólares para asistir a 87 millones de personas. Fletcher manifestó que el informe presentado es «desgarrador» y que «hay dolor en cada página», al tiempo que destacó que la ONU enfrenta una sobrecarga de trabajo, escasez de fondos y una situación de ataque a su labor humanitaria.
A la situación económica desafiante se suma el creciente hambre en lugares como Sudán y Gaza, donde los presupuestos destinados a la alimentación han sido recortados. Además, los sistemas de salud en varias regiones se están desintegrando, lo que ha conducido a la pérdida de acceso a servicios esenciales para miles de personas. En este contexto, Fletcher hizo un llamado a la comunidad internacional, sugiriendo que, aunque los presupuestos son limitados, el gasto en defensa a nivel global supera los 2,7 billones de dólares al año, pidiendo solo un 1% de esa cifra para atender las necesidades humanitarias.
Mientras tanto, la República Democrática del Congo atraviesa el brote de cólera más grave de los últimos 25 años, registrando más de 64.000 casos y casi 1.900 muertes en 2025, de las cuales 340 son niños. Este brote ha afectado gravemente la educación y la salud de los menores en el país, exponiéndolos a enfermedades y trauma. UNICEF ha instado a incrementar las inversiones en servicios básicos de agua, saneamiento e higiene, especialmente en áreas afectadas por cólera, donde solo un 43% de la población tiene acceso a agua potable.
Por otra parte, en Jerusalén Este, la UNRWA ha denunciado la irrupción de policías israelíes en su sede, donde se sustituyó la bandera de la ONU por la de Israel, una acción que el comisionado general Lazzarini calificó de flagrante incumplimiento de las obligaciones de Israel como Estado miembro de la ONU. Este acto ocurre en un contexto de crecientes tensiones y presiones que la UNRWA ha enfrentado, incluyendo un reconocimiento por parte de la Corte Internacional de Justicia de que Israel no ha fundamentado debidamente sus acusaciones contra la organización.
Además, los sirios celebran la llegada de un nuevo año sin el régimen de Bashar al-Assad, manifestando optimismo por la renovación del país tras años de guerra. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha reafirmado el compromiso de la organización para apoyar la transición política en Siria, invitando a la comunidad internacional a respaldar este proceso dirigido por los propios sirios. Desde la caída del régimen, más de 1,2 millones de sirios han regresado voluntariamente a su país, aunque muchos aún viven en condiciones precarias en naciones vecinas.
Fuente: ONU últimas noticias





