El salón es, junto con la cocina, la zona de la casa donde mayor vida familiar se hace. Puede servir como cuarto de juegos, lugar de trabajo, comedor y, por supuesto, espacio en el que disfrutar de la tranquilidad de tu hogar. No es de extrañar que la decoración se convierta en parte indispensable de este pues, no solo nos hace sentir más a gusto en la casa sino que refleja el estilo propio de su propietario. Sin embargo, un elemento más que necesario en esta habitación es la lámpara. Las hay en todo tipo de formas, diseños y estilos con combinaciones de lo más atrevidas, como las lámparas de diseño de Lampara, donde encontrarás lámparas para todos los gustos.
Si no conocéis esta tienda, tenéis que saber que su trayectoria en el sector de la decoración, dedicados concretamente a la venta de lámparas de todo tipo, se remonta al año 1999. Desde entonces, esta empresa alemana se ha convertido en un referente en lámparas y bombillas en toda Europa. Volviendo al tema del que hablábamos, las lámparas de salón otorgan al espacio una sensación agradable y acogedora, pero es importante elegir la más idónea para cada rincón basándose, además, en la función que va a tener a largo plazo. Eso sí, es importante tener en cuenta la luz natural que entra por las ventanas para determinar qué tipo de lámparas de salón se necesita a diario.
Lo ideal, sin importar el tipo de lámpara, es que la iluminación pueda ser regulable, cómoda y flexible para poder adaptarla a cada momento del día así como tener en cuenta el tamaño del salón para elegir los modelos más adecuados. El salón tiende a dividirse normalmente en varias zonas, por lo que es importante conseguir la iluminación deseada en cada una de ellas. De hecho, hoy en día, es muy común probar alguna bombilla de un color más llamativo para ofrecer una estancia más divertida. Lo más habitual es contar con una o dos lámparas colgantes que estén destinadas a ser la luz principal de la habitación para, después, complementar la luz faltante con otro tipo de lámparas como pueden ser las de pie o las de mesa.
Por ejemplo, las lámparas colgantes son perfectas para colocarlas en el centro de la sala, aportando una amplia luz para el día a día, pero también en los casos de planta diáfana donde el comedor forma parte de la zona del salón. Lo que se conseguirá con esta elección es aportar calidez al comedor y al salón además de una buena fuente de iluminación. Por otra parte, las lámparas de pie y las lámparas de mesa son una buena solución para aquellos momentos donde solo se necesite un pequeño punto de luz. Es más, las lámparas de mesa y los flexos regulables son una de las mejores soluciones cuando se dispone de un escritorio o punto de lectura en la habitación.
No obstante, son muchos los que se decantan por pequeños apliques para iluminar las zonas de almacenaje dispuestos a lo largo del salón o, simplemente, estanterías y baldas. Son muy parecidas a las lámparas cocina pero con una luz mucho menos fría, idóneas para proporcionar luz ambiental acogedora y destacar los rincones favoritos. Del mismo modo, la mejor alternativa es decidirse por lámparas LED tanto en el salón como en el resto de la casa pues traen consigo numerosos beneficios frente a las más convencionales. Sin ir más lejos, las luces LED permiten ahorrar energía a largo plazo ya que tienen una mayor vida útil con cerca de 45.000 horas de uso, un consumo de un 85% menos de electricidad y son totalmente ecológicas.
