De penalti injusto y en el último minuto

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antonio lopez protesta al arbitroEs una de las frases que se suele oír antes de un gran partido de fútbol, y es que me da igual ganar de «penalti injusto y en el último minuto», lo importante es conseguir la victoria sea como sea, pues bien al equipo de Rafa Benítez le puede venir bien esta frase hecha, puesto que se encontraron un lanzamiento de once metros, cuando el partido agonizaba, aunque lo único diferente es que a ellos le sirvió para empatar a uno y no para ganar el encuentro.

Javier Aguirre dispuso en el campo un esquema estraño, dejando al Kun Agüero en el banquillo, cosa lógica y normal porque el conjunto colchonero no se jugaba la vida en este encuentro y el argentino contra más descanso tenga mucho mejor, además con el famoso «trivote», Assunçao, Raúl García y Maniche tampoco era muy conveniente que jugara, además al mexicano le salió todo a la perfección, y eso que Rafa Benítez sabía muy bien como romper esta barrera, balones largos de Xabi Alonso y entrada por las bandas del holandés Kuijt y el español Riera.

La salida en tromba del Liverpool dio algún susto a Leo Franco, y es que cuando el balón pasaba por los pies de Mascherano o Xabi Alonso se podía intuir el peligro, aunque lo que nadie podía pensar que las contras del Atlético de Madrid pudieran tener tanto peligro, pero Pernía estaba con ganas, luego «cometió» el penalti, y sorprendía una y otra vez, de hecho en una subida pudo llegar el gol de Simao, pero éste lo tiró a las nubes el balón, pero a los pocos minutos quien no falló fue y después de un gran control batió a Reina.

Así que el pitido final llegó al momento anécdotico, puesto que los 3.000 aficionados del equipo colchonero que estaban en las gradas cantaron eso de «Liverpool, Liverpool», algo muy bonito y más cuando los del equipo rojo les devolvieron los cánticos con «Atleti, Atleti», eso sí comenzó el segundo tiempo y cada uno se puso a animar a su equipo y a ver como dentro del área el señor Hansson se comía dos manos muy claras que podía haber significado el 0-2, pero lejos de eso pitó una pena máxima más dudosa y que a lo postre Gerrard firmaría el empate a uno.