Cuatro veces fuego

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Un libro es siempre un viaje hacia ojos diferentes. Miradas distintas sobre un mismo objeto.

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Cuatro veces fuego es un libro de relatos que se organiza en cuatro apartados:

Los pequeños ojos

La búsqueda

Criaturas

Cortafuegos

Cada apartado tiene cinco relatos, el penúltimo es una carta. Sólo ella basta para darnos la talla y madurez de esta escritora.

Si esta organización tiene alguna relación, no me preocupa, posiblemente me equivoque o no acierte con la intención de la autora. Lo que me importa son los relatos en cuestión y cómo vuelan las palabras a la imaginación del lector.

Si digo que en cada uno de estos relatos se mueve la vida me quedo corta; son personajes viviendo los que encontramos, pero no viven de manera común y no porque no lo sean. Son a la vez cercanos y distintos. Observan la vida y sus vidas. Se paran y analizan o se lanzan a exprimirla ofreciéndonos  maneras de enfocar las situaciones. Cuando el deseo quema, el agua fluye y refresca. También el mar, presente y necesario, viaja:  «llevarse el mar a Madrid en la boca era como comerse la parte húmeda del mundo« dice en el relato «Maneras de estar sediento«, esto sólo por poner un ejemplo de los muchos que sorprenden en estos cuentos.

Todos los sentidos enlazados con sabiduría. La prosa poética se puede masticar.

laramorenoLara coge a sus personajes y los mantiene en suspensión para que nos fijemos en un detalle que los hace distintos, mágicos, agrandados en nuestra mente con la sencillez  y sabiduría propia de la experiencia, aunque sea aún muy joven. Y en ese descubrimiento que es su lectura, te preguntas: ¿cómo no he visto antes lo que siempre ha estado delante de mi nariz?

Y explotan cohetes en la cabeza, flechas directas que dan en la diana y las letras se vuelven dobles y los huesos crujen en una de esas vidas. Se puede en ellas retomar las prisas de las caricias o, descubrir frases que, a cámara lenta, entran despacito en los lectores y germinan.

«¿Qué me gustaría a mí que un lector encontrara en mi libro. Me gustaría que me encontrara a mí y que encontrara literatura, que ya es pedir muchísimo. Pero si tengo que aventurarme a predecir qué puede esperar un lector?

A ver: puede esperar cuentos, pequeñas historias, escenas con y sin movimiento, desastres emocionales, juegos literarios y vitales, palabras, personajes malvados consigo mismos, personajes más perdidos que el barco del arroz, ternuras, finales, sexo, noche, día, camas revueltas, calles revueltas, niños que piensan que están solos, adultos que piensan que están solos, criaturas extrañas, medio locos, locos enteros, ansias, sueños, dolores, un pequeño fuego en cada cuerpo, como tenemos todos. Descripciones, suavidades, asperezas. Pequeños argumentos que a mí me han dejado al escribirlos el alma en vilo, pero quién sabe. No se puede hablar por un lector. El lector es el ojo, y yo espero que cada uno amolde sus cuentos a su retina particular, porque a partir de ahora los cuentos estarán en sus manos, no en las mías».

Lara Moreno sobre Cuatro veces fuego».

Las lecturas que más me gustan son las que me motivan, las que me lanzan a la escritura y ésta ha sido una de ellas, creo que se me nota.