Hay una frase que resume la situación… «el fútbol es así«, y así fue ayer con una Francia que se clasifó injustamente para el Mundial con una mano divina que un árbitro divino no vió, pero el fútbol a veces hace justicia, o a medias, porque Francia está casi eliminada del Mundial por un mal arbitraje que permitió subir al marcador 2 goles ilegales.
La actuación arbitral fue penosa, pero no nos engañemos, llevamos 2 partidos del Mundial y Francia aún no ha marcado ningún gol, un equipo como el francés con potencial de sobra, hombres como Henry y Ribery, un seleccionador Domenech que prescinde de un delantero de la talla de Benzemá por ser suplente de Higuaín, que a día de hoy no es nada malo, simplemente el pipita vive un momento dulce.
El partido fue un partido de muchos miedos, las 2 selecciones se jugaban mucho, y Aguirre se tiró a la piscina con los cambios, pero no serían los cambios los que acabaran con el 0-0, sino el árbitro que permitió subir al marcador el 1-0 de Hernández en el 64 en claro fuera de juego y después en el 79 pitó un piscinazo de Barrera como penalti que transformó un viejo conocido de la afición española, Cuauhtemoc Blanco.
Este resultado deja casi fuera a Francia, con Domenech cuestionado y con la decadencia de hombres que dieron gloria en tiempos pasados. Un empate en la última jornada de Uruguay y México clasifica a ambos, esperemos que no salgan a especular, pero seguro que al menos lo jugarán con conformismo.
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