Israel ha comenzado una invasión terrestre al sur de Líbano, cruzando la Línea Azul, que delimita la separación entre ambos países y que es patrullada por la ONU. Esta operación ha sido caracterizada por las autoridades israelíes como “limitada, localizada y selectiva”. La ofensiva se produce tras días de intensos bombardeos que han afectado a diversas áreas, incluida Beirut, y que han dejado un saldo alarmante de al menos mil muertos y 6,000 heridos. Además, más de un millón de personas se encuentran desplazadas a causa del conflicto.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha expresado su preocupación por la escalada de la violencia, solicitando un alto el fuego inmediato. Guterres hizo hincapié en la necesidad de evitar una «guerra total» en Líbano y en el respeto a la soberanía e integridad territorial del país. En una conversación con el primer ministro libanés, Najib Mikati, Guterres reafirmó el compromiso de la ONU de ayudar a todos los necesitados en el país.
Las agencias de socorro de la ONU han lanzado un llamamiento urgente por 426 millones de dólares para brindar ayuda humanitaria a cerca de un millón de desplazados. Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios, explicó que la situación en Líbano es caótica y que las necesidades humanitarias están aumentando. Laerke destacó que la destrucción y el sufrimiento son fáciles de causar, pero restaurar la normalidad lleva tiempo y recursos.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL) ha confirmado que mantiene su posición en la región a pesar de los riesgos. La misión de paz, que cuenta con aproximadamente 10,500 efectivos de 50 países, realiza actividades de monitoreo y tiene planes de contingencia en caso de que la situación empeore.
Desde la ONU se advierte que la expansión del conflicto en Medio Oriente podría derivar en una catástrofe humanitaria. Liz Throssell, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, señaló que las expectativas de un deterioro de la situación y sus terribles consecuencias para los civiles son alarmantes. Además, un grupo de más de 30 expertos en derechos humanos ha alertado sobre el riesgo de una «catástrofe humanitaria y geopolítica». Las tensiones en la región se han intensificado desde que comenzó la guerra en Gaza en octubre de 2023, tras un ataque de Hamas en el sur de Israel.
Los expertos también criticaron la doble moral que se observa en la condena al terrorismo mientras se extiende la impunidad hacia acciones consideradas criminales. Resaltaron que los factores que alimentan la escalada de violencia deben abordarse de manera integral para buscar soluciones sostenibles. Urgieron a un cese inmediato de las hostilidades y solicitaron la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU para prevenir una mayor escalada y garantizar la protección de los civiles en todas las partes involucradas.
Fuente: ONU últimas noticias
