La ayuda humanitaria comienza a llegar a Gaza, donde la situación es crítica. Este viernes, aproximadamente 198 camiones cargados con suministros esenciales han cruzado el cruce de Kerem Abu Salem hacia el enclave. Estos camiones traen consigo nutrición, medicinas y harina de trigo, aunque las organizaciones humanitarias advierten que la cantidad es insuficiente para cubrir las necesidades de la población, que aún enfrenta una aguda crisis alimentaria.
Las panaderías respaldadas por el Programa Mundial de Alimentos han empezado a reanudar sus actividades. En particular, la panadería de Al Banna en Deir El Balah reabrió tras 40 días de cierre, simbolizando un rayo de esperanza para los habitantes de la región. «El olor del pan fresco es el olor de la esperanza», expresó Vladimir Jovcev, subdirector de la agencia en los territorios palestinos, quien espera que la apertura de los pasos fronterizos permita una mayor entrada de ayuda.
Sin embargo, la situación no deja de ser alarmante. Según el Ministerio de Sanidad palestino, en los últimos días han fallecido 29 niños y ancianos por causas relacionadas con la escasez de alimentos, y muchos más se encuentran en grave riesgo. En paralelo, el ejército israelí ha anunciado la ampliación de sus operaciones en el norte de Gaza, instando a la población a desplazarse hacia el sur para su seguridad.
En otro frente, más de 161.000 mujeres y 71.000 adolescentes en el norte de Cisjordania han perdido el acceso a servicios vitales de salud sexual y reproductiva debido a las operaciones militares. Aunque más de la mitad de los centros de salud en áreas como Jenin y Tulkarem sigue operando, la violencia y la desidia han limitado gravemente el acceso a atención médica. Se estima que en el próximo mes habrá más de 1,600 nacimientos en condiciones inseguras, lo que podría resultar en complicaciones severas para las madres y sus bebés.
Mientras tanto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha condenado enérgicamente el asesinato de dos funcionarios de la embajada de Israel en Washington. Guterres enfatizó que “nada puede justificar un acto tan horrible” y pidió justicia para los responsables.
La situación también es crítica para los refugiados en Kenia, donde se anticipa una reducción drástica en las raciones de alimentos que reciben. Con más de 720,000 refugiados, la falta de fondos podría llevar a que las raciones se reduzcan al 28% de lo requerido para una alimentación adecuada, aumentando así el riesgo de hambruna y desnutrición.
La crisis humanitaria se profundiza en múltiples frentes, y las organizaciones internacionales hacen un llamado urgente a la comunidad global para que se intensifiquen los esfuerzos de ayuda y financiamiento.
Fuente: ONU últimas noticias