En España, actualmente se contabilizan 2,5 millones de mujeres migrantes potencialmente activas, lo que representa el 16% del total de mujeres en edad laboral en el país. Este porcentaje ha crecido notablemente en la última década, ya que hace diez años era del 11,7% y solo del 7,6% en 2004. A pesar de su creciente presencia en el mercado laboral, estas mujeres enfrentan importantes obstáculos que las colocan en condiciones de precariedad y desprotección, siendo altamente vulnerables a la economía sumergida.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco ha presentado su 12º informe #EmpleoParaTodas, centrado en la situación de las mujeres migrantes en riesgo de exclusión laboral. El estudio, que incluye la colaboración de 12 empresas y se basa en datos del Instituto Nacional de Estadística y encuestas a mujeres migrantes en búsqueda de empleo, revela que este grupo, a pesar de su creciente proporción, aún se enfrenta a serias dificultades en su acceso al mercado laboral.
Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco, ha expresado que “la doble condición de mujeres y migrantes las sitúa en una posición de desventaja estructural”, lo que se traduce en obstáculos como la discriminación, la dificultad para homologar sus títulos y la falta de redes de contacto. Esta situación se torna crítica, especialmente considerando que se prevé un aumento significativo en la llegada de mujeres migrantes en los próximos años, que jugarán un papel crucial en contrarrestar el envejecimiento de la población autóctona.
En un contexto donde el envejecimiento poblacional sería un desafío para la sostenibilidad económica, las mujeres migrantes se han convertido en un pilar estratégico. En España hay más de 6,5 millones de extranjeros, de los cuales alrededor de 5 millones están en edad laboral, y las mujeres representan aproximadamente el 50% de este grupo. Su contribución es esencial en sectores como el cuidado, la hostelería y los servicios, lo que no solo ayuda a cubrir las necesidades laborales del país, sino que también enriquece la diversidad del mercado laboral.
El informe revela un crecimiento considerable de mujeres migrantes en el ámbito laboral en comparación con las españolas. En la última década, mientras que la población femenina autóctona ha disminuido, el número de mujeres migrantes en edad de trabajar ha aumentado en un 41%. Sin embargo, a pesar de su creciente participación, las tasas de desempleo entre las mujeres migrantes son más altas, alcanzando el 17,8%, y elevándose hasta el 19,8% para aquellas provenientes de fuera de la Unión Europea.
La situación se agrava con el alto porcentaje de mujeres migrantes que están dispuestas a aceptar trabajos en la economía sumergida. Aproximadamente el 86% de aquellas en desempleo consideraría aceptar empleos informales ante la urgencia económica, lo que las coloca en una posición extremadamente precaria y vulnerable.
Adicionalmente, la discriminación laboral se manifiesta con fuerza: el 75% de las mujeres migrantes siente que enfrentan barreras significativas para acceder a empleo, y muchas atribuyen esta situación a prejuicios relacionados con su origen y a la falta de reconocimiento de sus credenciales profesionales.
La Fundación Adecco ha resaltado la necesidad urgente de mejorar la inclusión de estas trabajadoras en el empleo formal, no solo como un imperativo ético, sino como un requisito para fortalecer la economía y construir una sociedad más equitativa. La creación de redes de apoyo y la intervención de agencias de colocación son vitales para facilitar su integración y garantizar que se respeten sus derechos laborales en un mercado laboral en transformación.