La 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) se inauguró en Belém, Brasil, con un ambiente de optimismo tras la reciente presentación de nuevos planes nacionales que han elevado a 113 el número de países comprometidos en la lucha contra el calentamiento global. Estas naciones, que representan el 69% de las emisiones de gases de efecto invernadero, han actualizado sus contribuciones, lo que implica la necesidad de reducir en un 12% las emisiones para el año 2035, según un análisis preliminar de la Comisión de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC).
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, subrayó en su discurso inaugural que el cambio climático no es solo un problema del futuro, sino una tragedia que afecta al presente. Citó desastres recientes como el huracán Melissa en el Caribe y un tornado en Paraná, Brasil, como ejemplos de la urgencia de la acción climática. Lula expresó su preocupación por la «acción lenta» y la creciente desinformación que rodea el cambio climático. En su intervención, afirmó que «la COP30 será la COP de la verdad», instando a la convicción basada en la ciencia frente a los negacionistas que rechazan la evidencia y los avances del multilateralismo.
Lula hizo hincapié en que sin el Acuerdo de París, las proyecciones apuntan a un aumento de la temperatura global de casi 5 °C para finales de siglo. Afirmó que, aunque se están tomando medidas, el ritmo actual de progreso es insuficiente y advierte sobre el riesgo de superar un aumento de 1,5 °C en la temperatura global.
Simon Stiell, secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, resaltó que, a pesar de que las negociaciones han llevado a una disminución en la curva de emisiones, aún queda mucho trabajo por hacer. Hizo un llamado a la colaboración internacional para garantizar que las decisiones tomadas en la COP se implementen de forma efectiva. Stiell destacó que ningún país puede abordar solo el desafío del cambio climático y que los desastres climáticos tienen un impacto significativo en la economía global.
Los temas claves de discusión incluyen la transición justa desde los combustibles fósiles, así como la necesidad de triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética. Stiell enfatizó la importancia de movilizar 1,3 billones de dólares anuales para la acción climática en los países en desarrollo y acelerar la adaptación ante los efectos del cambio climático.
André Corrêa do Lago, presidente de la COP30, inició la sesión con una presentación musical de un pueblo indígena, resaltando su papel como guardianes de la Amazonía. Corrêa hizo un llamado a que esta conferencia sea un espacio de implementación y adaptación, destacando la necesidad de integrar la acción climática en la economía y, más importante aún, de confiar en la ciencia para enfrentar este desafío global.
Fuente: ONU últimas noticias





