Cooperación Sur-Sur: El Nuevo Catalizador para el Desarrollo Sostenible y el Multilateralismo

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¿Puede la cooperación Sur-Sur ser el nuevo catalizador del desarrollo sostenible y el multilateralismo?

A pesar de las múltiples dificultades y retos que afrontan los países en desarrollo, la cooperación entre ellos se presenta como una solución clave para avanzar hacia los objetivos de desarrollo mundial. Este enfoque ha sido denominado cooperación Sur-Sur y busca fomentar el intercambio de conocimientos, habilidades y recursos entre naciones del Sur Global, contribuyendo así al desarrollo individual y colectivo.

Este proceso no se limita a la mera colaboración entre gobiernos, sino que también involucra a organizaciones regionales, la sociedad civil, el sector académico y el ámbito privado. En un contexto donde muchos países del Sur buscan definir su futuro poscolonial, esta cooperación se fundamenta en los principios de solidaridad, justicia y respeto por la soberanía de cada nación, evitando imposiciones externas.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (UNOSSC), establecida en 1974 y ubicada en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha sido un pilar fundamental en esta dinámica. Su misión es promover y facilitar tanto la cooperación Sur-Sur como la triangular, que incluye la participación de países desarrollados. A través de la gestión de fondos, asistencia en políticas y el intercambio de buenas prácticas, la UNOSSC busca fortalecer la capacidad de los países en desarrollo.

Recientemente, la directora de la UNOSSC, Dima Al-Khatib, enfatizó en una entrevista que existe un enorme potencial para impulsar el desarrollo en los países del Sur, que albergan al 80% de la población mundial. Este potencial puede ser clave para afrontar las crisis interrelacionadas que actualmente enfrentan, como la carga de la deuda y la creciente brecha digital. En ese contexto, la cooperación Sur-Sur se ha convertido en un medio crucial para financiar el desarrollo, especialmente con la disminución de fondos provenientes de países desarrollados.

Al-Khatib pone de relieve que esta tendencia será cada vez más relevante en la medida en que los países busquen alternativas efectivas para su desarrollo. Estudios recientes indican que la cooperación Sur-Sur tiene el potencial de transformar economías locales, generar empleos y desarrollar capacidades en países como Etiopía, Paraguay y Ruanda.

En el ámbito de Oriente Medio, hay proyectos prometedores en energías renovables y adaptación al cambio climático que refuerzan la idea de cooperación Sur-Sur. Por ejemplo, la experiencia de Marruecos en energía solar ha servido de modelo para otras naciones africanas. Asimismo, las iniciativas de Arabia Saudita en purificación de agua han sido compartidas con países que enfrentan sequías, demostrando el compromiso de la región con el intercambio de conocimientos.

En un mundo caracterizado por tensiones políticas, Al-Khatib sostiene que la cooperación Sur-Sur puede actuar como una fuerza motriz para revitalizar el multilateralismo. Sin embargo, subraya que no debe reemplazar la cooperación global, resaltando la importancia de tender puentes entre el Norte y el Sur, con la ONU como un marco donde todos los países sean tratados con equidad.
Fuente: ONU últimas noticias