El invierno puede ser mal acompañante a la hora de subirse al coche, más aún cuando el hielo o la nieve hacen acto de presencia. En esta situación, controlar el vehículo se vuelve más complicado y el mínimo error puede acabar en un trágico accidente. Para que esto no sea un problema, desde MotorK han lanzado una guía con algunos consejos que son de gran utilidad a la hora de afrontar este tipo de situaciones. Sigue leyendo y descubre como mejorar la conducción con nievo o hielo.
Aumentar la distancia de seguridad
Mantener una distancia adecuada es clave en épocas de mal tiempo ya que las frenadas en nieve e hielo se alargan. Como recomendación, se debería dejar un metro por cada kilómetro por hora a la que nos desplacemos para no colisionar con el coche que nos precede.
Pérdida de control del vehículo
En el caso de pérdida del control, lo primero que hay que hacer es levantar el pie del pedal del acelerador, para que las ruedas delanteras se puedan agarrar mejor al firme. Cuando el coche comienza a deslizarse de un lado a otro, se tendrá que acelerar de forma suave girando el volante sutilmente hacia el mismo lado al que se dirige la parte trasera del automóvil.
Correcto estado de las ruedas
Si los neumáticos tienen una presión demasiado alta perderán adherencia con la carretera y provocará el deslizamiento del coche sobre la carretera. Por su parte, una presión baja causará aquaplaning incluso a poca velocidad. Igual de importante es revisar la profundidad mínima del dibujo de la goma que, en invierno, no debería ser inferior a 3mm.
Circular siempre con luces de cruce
De hecho, deberíamos circular siempre con las luces encendidas, independientemente del tiempo que haga. También hay que poner hincapié en una buena regulación de los faros para que el área iluminada sea la adecuada. También hay que evitar llevar las luces muy elevadas para no deslumbrar a los que vengan en sentido contrario.
Revisar los filtros y componentes del sistema de climatización
Además de ser fundamental mantener una temperatura adecuada dentro del coche, también ayudará a controlar el empañado de las lunas. La temperatura interior del habitáculo debe ser de 21 grados porque abusar del calor empañará los cristales, además de provocar somnolencia al conductor.
Lunas y limpias en buen estado
La cara interior de los cristales se ensucia con el paso del tiempo y causa una capa que favorece la formación de vaho reduciendo la visión. Limpiar la parte interior de las lunas evitará que se empañen con facilidad y, a nivel exterior, las gomas de los limpiaparabrisas tienen que estar limpias y desengrasadas, para evitar rozaduras en el cristal.
Además de los consejos que hemos ofrecido, ¿qué otros pensáis que son necesarios tener en cuenta a la hora de conducir con nieve o hielo?