El COVID-19 avanzó a pasos agigantados a nivel mundial, pero esta vez ninguna película pudo predecirlo. De momento, los cines están cerrados. Los rodajes fueron cancelados, y también los festivales más importantes de la industria. Y encima la invasión sigue avanzando.
No obstante, el nuevo orden mundial impone, especialmente para el consumo digital. En esta dirección, Tony Higueruelo, CEO de Rollyhoo, la primera productora de cine participativa a nivel mundial. Explica que “ha llegado el momento en el que el auge del vídeo bajo demanda y la disminución en la venta de entradas llevan tiempo generando dudas sobre la relevancia de las salas de cine”. Y agrega: “quizá Las salas de cine vayan a volver a enfrentarse a una crisis que les haga replantearse su modelo de negocio, tal como ocurrió en los años 20 con el cine mudo, en los 60 con la salida del vídeo doméstico y en el 2000 con la piratería”.
Es el caso de Rollyhoo, que viene logrando expandir el modelo de negocio rentable y con autonomía financiera para transformar la industria del cine en momentos donde el sector audiovisual está fuertemente golpeado. A través de la plataforma digital, cualquier persona tiene la oportunidad de invertir en cine, apoyando a la industria que le brinda entretenimiento durante el confinamiento, y todo sin necesidad de salir de casa.
“La inversión económica en el proyecto puede ser a partir de 100 euros, que otorga derecho a una parte de los beneficios de la explotación del filme; o más elevada, a partir de 30.000 euros, donde, además de los beneficios, se obtiene una deducción fiscal a través de una Agrupación de Interés Económico”, afirma Higueruelo.
El entorno digital a la cabeza
Los avances tecnológicos permitieron que el confinamiento no consiga frenar la totalidad de la industria. Los guionistas, por ejemplo, optaron por realizar sus reuniones a través de Zoom; mientras que los directores de casting promueven castings a distancia. Solo queda que los festivales se animen a las emisiones digitales, comercializando el producto en el canal interactivo que se presente como mejor postor.
Las plataformas de streaming pasan a liderar las transmisiones, cómo Netflix, HBO y Amazon Prime. Disney + se lanzó con una semana de prueba gratuita en el mejor momento, superando los 10 millones de suscriptores en los primeros días. Mientras que el estigma por estas plataformas comienza a desaparecer surge la pregunta: ¿seguiremos con las mismas ganas de ir a una sala de cine cuando todo esto acabe?
“Los consumidores de cine van a necesitar tiempo para tomar la confianza suficiente que los haga regresar a las salas, después de pasar meses confinados”, afirma Higueruelo. Y agrega: “es posible que esto nos permita pensar en una industria cinematográfica más digital, donde la novedad por la novedad no será tan importante como lo será la calidad de los contenidos producidos”.
Un modelo que contribuye a la cultura y el empleo en el mundo
Rollyhoo ofrece la posibilidad a los fans de participar de proyectos audiovisuales de todo tipo, mientras se generan ingresos propios. El éxito va a depender, entonces, de la habilidad para comercializar los productos a través de este modelo de negocio que contribuye a la cultura y creación del empleo en todo el mundo.