El círcuito de Hockenheim es el encargado de albergar el Gran Premio de Alemania. Es un circuito construido en la primera mitad de los años treinta y se caracteriza por ser uno de los circuitos más rápidos del mundial, a pesar de que los últimos años han hecho cambios para reducir su velocidad.
Es uno de los circuitos más exigentes del mundial, ya que en el 62 % del tiempo que dura una vuelta, el piloto tiene pisado el acelerador a fondo, aunque también tiene algunas curvas que son de las más lentas del campeonato.
Se pude llegar a puntas de velocidades de hasta 330 km/h.
Tiene una longitud de 4574 metros con 17 curvas.