Los fuertes vientos y lluvias del ciclón Chido han impactado severamente a más de 190.000 personas en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, tras tocar tierra el domingo. Agencias de las Naciones Unidas han confirmado que entre los afectados se encuentran alrededor de 90.000 niños, y que aproximadamente 35.000 viviendas han sufrido daños o han sido completamente destruidas. Además, al menos 186 aulas y 20 instalaciones sanitarias han quedado dañadas.
Mozambique, uno de los países más vulnerables al cambio climático, ya enfrentaba situaciones de emergencia antes del paso del ciclón, como conflictos, sequías y brotes de enfermedades, lo que ha llevado a que las condiciones de vida sean cada vez más precarias para su población. La representante de UNICEF en Mozambique, Mary Louise Eagleton, destacó la gravedad del contexto, enfatizando que la niñez es la más afectada.
El ciclón Chido, que azotó cerca de la ciudad de Pemba, ha arrasado con tejados y destruido la infraestructura civil, además de dejar a más de 25.000 familias sin electricidad en las provincias de Nampula y Niassa. Este clima catastrófico se suma a un brote de cólera existente en la región, generando temores sobre un posible deterioro de la situación sanitaria. Se estima que casi 3,3 millones de personas podrían enfrentar crisis o inseguridad alimentaria en Mozambique el próximo año debido al impacto de El Niño, y se prevé que la situación climática empeore aún más en 2025.
En la última década, las perturbaciones climáticas han aumentado las condiciones meteorológicas extremas en la región de África oriental y meridional, donde los ciclones son cada vez más frecuentes. A este respecto, UNICEF ha afirmado que el costo y la complejidad de estos cambios continúan en aumento, lo que obliga a la agencia a ayudar a los niños y comunidades vulnerables a adaptarse a estas nuevas realidades. Para hacer frente a la crisis desencadenada por el ciclón, la oficina de UNICEF en Mozambique ha solicitado urgentemente 10 millones de dólares.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha enfatizado la importancia de las alertas tempranas y ha trabajado en la preparación de desastres en las zonas afectadas. Antes del ciclón, se distribuyeron artículos de emergencia y se llevaron a cabo campañas de sensibilización. En el campamento de Maratane, más de 8.000 refugiados han sufrido daños mínimos, lo que sugiere que las medidas de construcción resiliente han sido efectivas.
El ciclón también ha causado estragos en Mayotte, un territorio francés, y en Malawi, donde se registran daños significativos en hogares e infraestructuras. ACNUR ha comenzado a proporcionar kits de refugio para apoyar la respuesta humanitaria en la región, donde las comunidades desplazadas ahora enfrentan el desafío de reconstruir sus vidas en un contexto de creciente vulnerabilidad.
Fuente: ONU últimas noticias