El Tour de Francia está contento porque su eterna promesa, el ciclista que estaba llamado a luchar por las grandes vueltas y devolver al ciclismo francés a las primeras posiciones se aprovechó del respeto entre los grandes ciclistas para ganar la etapa y vestirse de amarillo, ya que los favoritos no se atacaron, a pesar que podía ser una buena etapa para que alguno se cayera de maduro.
El ciclista francés aprovechó la vigilancia de atrás, y que no es uno de los ciclistas que más peligro tienen, para subir en solitario la Estación des Rousses, mientras que por detrás el español del Footon Servetto, Rafa Valls, intentaba cogerlo, pero supersecución fue inúltil, mientras que Juanma Gárate llegó en tercera posición a casi un minuto y medio del Chavanel, que se vestió de amarillo gracias a la pájara que tuvo Fabian Cancellara, hasta ayer líder de la carrera, no pudo estar en el grupo de favoritos.
El problemas de ayer estuvo marcado por la calor que hubo durante toda la etapa, parece que los favoritos no quisieron arriesgar por miedo a acusar los esfuerzos, veremos si hoy se mueven los grandes favoritos, ya que mañana llega el día de descanso.
