Hoy hablaremos sobre un artista español que murió hace unos 20 años. Se trata de un autor canario, concretamente de la isla de Lanzarote. Su obra artística abarca diversos lenguajes creativos: pintura, escultura, urbanismo, arte público…. Toda su vida la dedicó a crear un tipo de arte capaz de integrarse con el entorno natural, una búsqueda de la armonía perfecta que defendiera los valores medioambientales, sin que esto tuviera que suponer un retroceso al progreso y a las innovaciones del arte. Se trata de un hombre que marcó huella, especialmente en los lanzaroteños, porque dejó plasmada en sus obras su vitalidad, sus ideas, su entusiasmo, su pasión por la belleza y su amor a la vida, cuyo nombre es César Manrique.
Sus obras, así pues, son muy diversas. En su actividad plástica encontramos un estilo claramente informalista; utiliza la materia de una forma abstracta e intenta expresar a través de ella su vinculación con la naturaleza. También, debido a su estancia en Nueva York, estuvo en contacto con personajes del mundo cultural americano como Rothko o Pollock, algo que le hizo desarrollar un especial interés por el color.
Sin embargo, donde más destacó Manrique fue en su labor como arquitecto y urbanista; toda la isla de Lanzarote supuso su gran obra de arte, promoviendo un modelo de intervención en el territorio en claves de sostenibilidad, que procuraba salvaguardar el patrimonio natural e insular. Sus logros fueron determinantes para la declaración de Lanzarote como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993. Incluso los edificios de la isla siguen las pautas dadas por Manrique: casas sin más de dos o tres plantas, blancas y con ventanas en verde, azul o marrón según den al mar o al interior. Además, contribuyó al desarrollo del turismo al utilizar el paisaje volcánico como lugar donde crear espacios artísticos, como los Jameos del Agua, que se localizan en el interior de un túnel volcánico producido por la erupción del volcán Corona. Manrique aprovecho este característico lugar para crear espacios diseñados por él e integrarlos al paisaje natural.
El jardín de cactus, la Fundación César Manrique y el Mirador del Río son otros lugares de Lanzarote creados por él, así como Lago Martiánez en Tenerife e incluso, ya en la península, el conocido centro comercial de la Vaguada en Madrid.
Se trata, así pues, de un artista polifacético y digno de recordar y admirar como uno de los grandes. Que consiguió integrar el arte con la belleza natural y crear una obra única. Gracias a él, podemos tanto contemplar el espectáculo de la naturaleza, como entrar en contacto con ella.