Termino el mes de marzo con una mirada a la literatura infantil y vuelvo a comentar un cuento de Clarice Lispector, escritora que ofreció su tiempo y su talento a todos los públicos. «Casi de verdad» narra la tranquila vida en un corral donde todos sus personajes tienen una particularidad: su nombre empieza con la letra O : Oniria, Onofre, Ovidio, Odisea….
La autora utiliza un lenguaje nítido con el que juega «Así pasaba la vida, tranquila, tranquila. Los hombres hombreaban, las mujeres mujereaban, los niños y las niñas niñeaban, los vientos venteaban, la lluvia lluviaba, las gallinas gallineaban, la higuera higuereaba, los huevos hueveaban, y así sucesivamente».
La trayectoria de Clarice Lispector siempre estuvo presidida por una investigación linguistica y llegó a afirmar : «Hay muchas cosas por decir que no sé como decir. Faltan las palabras. pero me niego a inventar otras nuevas»
«Casi de verdad» es una alegoría acerca de la envidia, una envidia diminuta, pero envidia, al fín y al cabo, a pequeña escala para que el pequeño lector lo entienda. Es cuando la «historia comienza a historear» . La higuera no da frutos y acude a una bruja mala llamada Oxelia y es entonces cuando comienza la inquietud en el corral. Clarice Lispector se acerca al mundo infantil de puntillas, está atenta al detalle, a lo cotidiano, a aquello que los niños miran. Su cuento tiene un claro mensaje, pero no hay moralejas.
Las acertadas ilustraciones de Sandra Aguilar contribuyen a acrecentar la belleza de estás breves páginas.