Nominada a todo para los Oscars, ganadora del Globo de Oro a la mejor película dramatica y siendo una de las películas del año, Boyhood, Momentos De Una Vida, te muestra que el cine bien hecho no es más que sencillez y perfección, una pirueta al aire, pero bien hecha, un proyecto cinematográfico rodado en 12 años y con los mismos actores, tiene ya de por sí su mérito, pero es que aparte de eso el drama en si es realmente cercano y detallista.
La cinta nos cuenta la vida de Mason, un joven afectado por padres separados y varias mudanzas en su vida, plagado de detalles de la época en la que se encuentra la historia en ese momento, nos lleva por un viaje en el tiempo fácilmente reconocible si has pasado por esa etapa como yo, identificable en la moda, en la tecnología, en las costumbres, todo muy marcado, siempre muy real.
Boyhood es una historia plana, diría que un drama convencional, siempre esperas que pase algo, que cambie el guión, un giro dramático como estamos tan acostumbrados en este tipo de películas, pero siempre te lleva a la calma y la realidad, problemas amorosos, adolescencia, modas, música, es la vida real y en ello esta lo bello de la esencia.
Entrando en detalles, si estás viendo la película y no sabes que se ha rodado en 12 años, te va a resultar raro, porque ves de lleno el cambio físico del actor principal y sobre todo de Patricia Arquette con un cambio físico notable, cayendo en detalles, el factor tecnológico es clave ya que podemos ver con el paso del tiempo los tipos de teléfonos móviles o los videojuegos en su completa evolución.
En definitiva, es una película sencilla, real y muy humana ante todo, una joya que este año dará guerra en los Oscars si se le permite, pero lo haga o no, no te dejara indiferente cuando la hayas visto.
