Bojan Krkic tenía una sonrisa impresionante, no cabía en la camiseta, sus ganas por entrar al campo y porque se acabara uno de los peores debates que va a tener en su vida eran más que evidente, y por eso creo que cuando el número trece pasó la línea blanca se quitó un gran peso de encima y comenzó a realizar lo que más le gusta, es decir, jugar al fútbol.
El delantero azulgrana consiguió debutar y por eso no quería perder su mayor recuerdo, que no es otro que la camiseta roja, pero además en el recuerdo tenía que estar la firma de todos los compañeros que habían echo su sueño realidad, todos esos que han compartido su momento, y por eso pasó la camiseta del debut a todos sus compañeros con un eding, para que cada uno la firmara y se le dedicara.
Esto ha tenido una transcendencia mayor, porque Bojan no lo hizo en el vestuario a escondidas, sino que lo hizo delante de todo el mundo, arriba del autobús mientras que las cámaras lo grababan, pero a él todo eso le daba igual, ya que estaba en su día en su momento, y demostró su humildad, y gracias a eso nos sentimos orgulloso que sea español.
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