El tratado de la ONU que aborda la epidemia mundial de tabaquismo ha demostrado ser un salvavidas, salvando millones de vidas en las últimas dos décadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este año se celebra el 20º aniversario de la entrada en vigor del Convenio Marco para el Control del Tabaco, uno de los tratados más adoptados en la historia de la ONU.
El Convenio establece un marco jurídico exhaustivo y un conjunto de medidas de control basadas en evidencia científica. Estas medidas incluyen advertencias sanitarias gráficas en los paquetes de cigarrillos, leyes antitabaco y un incremento en los impuestos sobre los productos del tabaco. Hasta la fecha, aproximadamente 5.600 millones de personas están bajo la protección de al menos una política de control del tabaco vinculada al tratado, lo que ha resultado en una disminución global en las tasas de consumo de tabaco.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que el tabaco sigue siendo «una plaga para la humanidad», siendo la principal causa de muerte y enfermedad prevenible en todo el mundo. Desde la adopción del Convenio, la prevalencia del consumo de tabaco a nivel mundial ha disminuido en un tercio. Con 183 Partes formalmente suscritas, el tratado abarca alrededor del 90% de la población mundial y se convirtió en el primer tratado de salud pública negociado bajo los auspicios de la OMS al entrar en vigor el 27 de febrero de 2005.
En el ámbito de las regulaciones, 138 países han implementado grandes advertencias gráficas en los paquetes de cigarrillos y muchos otros han adoptado normas para un empaquetado simple, lo que contribuye a alertar a los consumidores sobre los peligros del tabaquismo. Además, más de un cuarto de la población mundial disfruta de políticas que prohíben fumar en espacios cerrados y laborales, protegiendo a millones de personas de los efectos nocivos del humo de segunda mano.
El tratado también ha facultado a los países a establecer defensas legales contra la poderosa industria tabacalera, la cual destina miles de millones a la promoción de sus productos. La responsable de la Secretaría del Convenio, Adriana Blanco Marquizo, destacó que aunque se han obtenido avances significativos, la industria tabacalera todavía representa un grave peligro y continúa buscando desacreditar los esfuerzos de control del tabaco.
El tabaquismo está vinculado a enfermedades no transmisibles que ocasionan muertes prematuras y discapacidades, además de generar gastos de salud que afectan desproporcionadamente a los más pobres. A estos problemas se suma el impacto ambiental del cultivo y producción del tabaco, que consume recursos naturales y contamina ecosistemas con billones de colillas desechadas anualmente.
La OMS advirtió que la industria del tabaco continúa socavando los esfuerzos de salud pública, dirigiéndose activamente a la juventud y presionando contra políticas esenciales de control. Blanco Marquizo hizo un llamado a los países para que implementen de forma integral las medidas del Convenio, especialmente en lo que respecta a la imposición de impuestos sobre el tabaco, leyes antitabaco, y la regulación de productos de tabaco y nicotina emergentes. Con estas acciones, se puede achicar la carga del tabaco y salvar millones de vidas a nivel mundial.
Fuente: ONU noticias Salud
