Los gobiernos del mundo han llegado a un acuerdo histórico este viernes en Roma, estableciendo una estrategia para recaudar 200.000 millones de dólares adicionales cada año, con el objetivo de proteger la flora y fauna del planeta de cara al año 2030. Esta decisión se enmarca dentro de la reanudación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, en la que se buscó concretar los compromisos emergentes de la COP16.2, tras los fracasos en las negociaciones sobre financiación que se llevaron a cabo en noviembre en Cali, Colombia.

El acuerdo responde a la urgente necesidad de proteger la biodiversidad y los ecosistemas vulnerables que están siendo azotados por conflictos sociales, la deforestación y la contaminación, además de otros impactos medioambientales que amenazan la estabilidad del planeta. Según Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, “necesitamos movilizar al menos 200.000 millones de dólares al año de aquí a 2030 para cerrar la brecha financiera mundial de la biodiversidad”.

No obstante, el camino hacia este acuerdo no ha estado exento de dificultades, ya que la financiación de la protección de la biodiversidad ha sido un tema controvertido, especialmente ante el alarmante hecho de que más de un millón de especies de plantas y animales están actualmente en peligro de extinción. La presidenta de la COP16, Susana Muhamad, destacó el compromiso de todas las partes para avanzar en la implementación del Marco Mundial para la Biodiversidad, que se estableció en 2022 y define directrices claras para la acción global en pro de la naturaleza hasta 2030.

En el desarrollo de la conferencia, los delegados lograron dar respuesta a asuntos críticos relacionados con la financiación, el seguimiento y la presentación de informes sobre la biodiversidad. Asimismo, se acordaron indicadores que permitirán medir los avances realizados tanto a nivel mundial como nacional en la aplicación del Marco Mundial.

Un aspecto fundamental del acuerdo es su intención de frenar la pérdida de biodiversidad y restaurar ecosistemas, incluyendo la meta de proteger el 30% del planeta y recuperar el 30% de los ecosistemas degradados para 2030. Sin embargo, los datos actuales muestran que solo el 17% de las áreas terrestres y aproximadamente el 8% de las zonas marinas están protegidas.

Astrid Schomaker, secretaria ejecutiva del Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica, afirmó que los resultados de la reunión en Roma son prueba de que «el multilateralismo funciona» como un recurso crucial para crear las alianzas necesarias para la conservación de la biodiversidad. En este sentido, se ha comenzado a movilizar recursos financieros, especialmente orientados hacia los países en desarrollo, con el deseo de cerrar la brecha financiera que enfrenta la biodiversidad a nivel mundial.

Adicionalmente, se lanzó el Fondo de Cali, que marcará un nuevo capítulo en la financiación de esfuerzos destinados a la biodiversidad. Las empresas que generen ingresos a partir de los recursos genéticos de la naturaleza están invitadas a contribuir a este fondo, lo que podría solidificar su legado como pioneras en la protección del medio ambiente.

El Fondo de Cali establecerá un modelo donde se prevé que un 50% de los recursos se destinen a apoyar a las comunidades indígenas y locales, que son esenciales en la conservación de la biodiversidad. De esta forma, el acuerdo alcanzado en Roma simboliza un paso significativo hacia la creación de un futuro más sostenible y la necesidad urgente de reconciliar la relación entre la humanidad y la naturaleza.
Fuente: ONU últimas noticias