Era un secreto a voces, era muy extraño que un ciclista que sale de la nada consiga estar entre los tres mejores del Tour, y más cuando había una «selección» como antaño en las grandes etapas, así que el austríaco era más que sospechoso de haber tomado sustancias dopantes, a pesr de la duda él acabó el Tour de Francia en el podio y sino me equivoco con el maillot blanco y puntos rojos que corona al mejor escalador, aunque esto último no estoy seguro.
Todo esto se lo quitaron poco días después de salir que había dado positivo en un control antidoping, además él reconoció que se había dopado, aunque echando las culpas a su ex-manager Stefan Matschiner, precisamente esta personal fue detenido por la policia, ya que estaba bajo sospecha por toda la red que lucha contra estos tramposos.
Según reconoce el ciclista austríaco, llegó a usar el dopaje sanguíneo unas tres o cuatro veces, las suficientes para que la UCI le sancione con dos años sin correr, aunque la gran noticia es que Austría va a encontrar a más de un «piratilla de sangre», puesto que va a seguir con la investigación.