El 22 de septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemoró el 30 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, un evento decisivo en la lucha por la igualdad de género. Celebrada en 1995 en China, esta conferencia reunió a 17,000 participantes y resultó en la adopción de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, una serie de directrices que abordan temas cruciales como la pobreza, la educación, la violencia, el papel de las mujeres en conflictos armados y el acceso al poder.
En su discurso, Annalena Baerbock, presidenta de la Asamblea General de la ONU, enfatizó que la implementación de lo acordado en Beijing es fundamental. «Ningún político, juez o líder religioso masculino debería decirle a nuestras niñas qué hacer con sus cuerpos», subrayó, afirmando que «son seres humanos, no propiedad».
António Guterres, Secretario General de la ONU, destacó el papel de la inteligencia artificial y su conformación por hombres, advirtiendo sobre los riesgos de sesgo y discriminación. «Debemos abordar la violencia y el odio en internet, asegurando que la tecnología promueva la igualdad», declaró.
La actriz mexicana Cecilia Suárez, embajadora de la Iniciativa Spotlight de la ONU, advirtió sobre el déficit de inversión en equidad de género, resaltando que el mundo gasta seis veces más en preparativos para la guerra que en proteger a la mitad de la población. «¿Qué hemos normalizado para creer que tener medios de destrucción es más importante que el desarrollo de mujeres y niñas?», cuestionó.
En el contexto actual, la ONU y otras agencias alertaron sobre el estancamiento en el avance hacia la igualdad de género, destacando que ninguna meta está en camino de cumplirse. Según un informe reciente, el 10% de las mujeres vive en pobreza extrema y 676 millones están cerca de zonas de conflicto, una cifra alarmante.
A pesar de estos desafíos, se reconocen logros significativos desde la Plataforma de Acción de Beijing, incluyendo la promulgación de más de 1,500 leyes para combatir la violencia de género y una mayor representación de las mujeres en puestos de toma de decisiones, aunque aún hay un largo camino por recorrer.
El evento concluyó con un llamado a destinar recursos que garanticen la implementación de políticas de igualdad de género. La inversión en la equidad no solo es un compromiso moral, sino una estrategia que podría generar un impacto económico positivo significativo. Sin embargo, la financiación sigue siendo insuficiente, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de cambiar la narrativa sobre la importancia de la igualdad de género en todas las esferas de la sociedad.
Fuente: ONU últimas noticias