La dramática situación en Gaza ha llevado a que las madres que sufren de hambre den a luz a bebés con bajo peso al nacer o prematuros. Estos recién nacidos se enfrentan a una lucha por la supervivencia, a menudo muriendo en unidades de cuidados intensivos o soportando una grave desnutrición. Esta alarmante realidad fue denunciada el pasado martes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Tess Ingram, directora de comunicación de UNICEF, reportó que durante el conflicto entre Hamás e Israel, al menos 165 niños han muerto de forma «dolorosa y evitable» debido a la desnutrición. La vulnerabilidad de las mujeres embarazadas y lactantes en Gaza ha sido desproporcionada, desencadenando un «efecto dominó» devastador que afecta a miles de recién nacidos.
Ingram compartió su experiencia en los hospitales de Gaza, donde ha presenciado la lucha de varios recién nacidos que pesaban menos de un kilo. Destacó que los bebés con bajo peso al nacer tienen aproximadamente 20 veces más probabilidades de morir que aquellos que nacen con un peso normal. Antes de la guerra de 2022, aproximadamente el 5% de los bebés que nacían en Gaza pesaban menos de 2.5 kilogramos. Sin embargo, en la primera mitad de 2025, esa cifra se incrementó al 10%, lo que equivale a unos 300 bebés al mes, y se disparó a 460 en los meses previos al alto el fuego.
La responsable de UNICEF explicó que la mala nutrición de las madres, el estrés elevado y la limitada atención prenatal son factores que contribuyen al bajo peso al nacer en Gaza. En octubre, 8,300 mujeres embarazadas y en período de lactancia fueron hospitalizadas por desnutrición aguda, en un lugar donde antes de este mes no se había observado tal problema.
A medida que la situación se agrava, la ONU ha empezado a sustituir los equipos vitales que fueron destruidos en el conflicto, como incubadoras y respiradores. Además, UNICEF ha proporcionado suplementos alimenticios a decenas de miles de mujeres embarazadas y lactantes. Sin embargo, las organizaciones humanitarias insisten en que es urgente que llegue más ayuda a la Franja de Gaza, debido a múltiples obstáculos que complican el acceso a la ayuda humanitaria.
La apertura del paso fronterizo de Rafah podría facilitar la entrada de más camiones con ayuda humanitaria y reducir el número de niños desnutridos. Ingram enfatizó la necesidad de que lleguen alimentos nutritivos y otros suministros esenciales.
Mientras el alto el fuego ha brindado una pausa, la realidad es que más de 70 niños han muerto desde su inicio. Ingram advirtió sobre el impacto generacional que este conflicto tendrá en las familias, señalando que muchas de las madres y bebés que ella observa en hospitales y clínicas llevan consigo las marcas de una guerra que no deberían haber enfrentado.
La portavoz de UNICEF concluyó señalando que este sufrimiento podría haberse evitado si se hubiera respetado el derecho internacional humanitario, destacando la «brutal realidad» del conflicto y las severas restricciones a la ayuda.
Fuente: ONU noticias Salud





