Seguimos con una de las historias en mi opinión más chulas de Warhammer. Sobre el mítico Kaudillo Azhag el Carnicero, el cual, a pesar de haberme gastado el dineral que cuesta la miniatura reconozco que todavía no he usado en el campo de batalla, pero todo se andara… Vamos a ver como trasciende su historia y porque fue considerado en su tiempo como el Kaudillo Orco más temido en las tierras del Imperio:
Azhag depositó la corona sobre su cabeza y sintió como una corriente eléctrica sacudia todo su cuerpo, de repente comenzaron a aparecer delante de sus ojos un montón de imágenes borrosas que el orco apenas podía distinguir. Despues imágenes de muerte y destrucción y por último conocimientos arcanos en lenguaje demoniaco con el cual el orco incluso llego a asustarse por un momento.
La corona hacía que la sed de conquista de Azhag creciera aun más si cabe y pronto comenzo haciendose con el poder de las tribus orcas que estaban más próximas a él. Azhag sometió a todo el que se le cruzo por el camino destruyendo aldeas y poblados enteros.
Ante tal boragine de destrucción cada vez más orcos conocedores de la leyende del General invicto Azhag, se unieron a sus filas. Todo esto desembocaba en una ristra innumerable de batallas donde el general imbuido por la inteligencia de la corona maldita diseñaba meticulosos planes y estrategias de batalla destruyendo siempre los flancos y la retaguardia de sus enemigos.
Su habilidad estratégica se comenzó a tornar legendaria, una batalla tras otra el Carnicero sembraba la destrucción en el floreciente Imperio de la época y ningún Gran Elector era capaz de detenerlo en batalla.
Se dice que las órdenes que daba a sus unidades a veces no provenian ya de él directamente sino de la corona hechizada, la cual a cada día que pasaba y a cada victoria nueva que conseguia se iba apoderando un poco más de la mente del confuso orco…