El dengue, una enfermedad viral transmitida por el mosquito tigre Aedes albopictus, está ganando terreno en Europa, donde se han reportado casos autóctonos. Este mosquito, originario de regiones tropicales y subtropicales, se encuentra en áreas urbanas y periurbanas, lo que favorece la propagación del dengue. Según expertos de Rentokil Initial, una adecuada coordinación con las administraciones es clave para una intervención rápida y efectiva en caso de contagios.
El año pasado, Europa registró 300 casos de dengue autóctono, siendo Italia, Francia y España los países con mayor incidencia. En el caso específico de España, se notificaron hasta 8 casos, lo que representa más del doble en comparación con el año anterior. Es importante señalar la diferencia entre el dengue autóctono y el dengue importado; mientras que los últimos suelen ser casos de viajeros que se contagian en países donde la enfermedad es endémica, como Brasil o Filipinas, los casos autóctonos ocurren cuando un mosquito pica a una persona ya infectada, propagando el virus.
Rubén Bueno Marí, entomólogo y director del centro europeo de control vectorial de Rentokil Initial, explica que ante un reporte de contagio, se lleva a cabo un protocolo de control en menos de 24 horas, que incluye el uso de trampas para detectar mosquitos en un radio de 200 metros de la vivienda del infectado. Este procedimiento se mantiene durante varios días hasta que no se detecten más casos.
Por otro lado, el virus del Nilo Occidental también plantea un reto en España, donde se reportaron más de cien casos el año pasado, con varios fallecimientos. A diferencia del dengue, el virus del Nilo se propaga principalmente por mosquitos del género Culex, que son endémicos y se encuentran en humedales. Aquí, el enfoque de intervención se amplía a un radio de cerca de un kilómetro, lo que requiere un control más extenso.
Para avanzar en la lucha contra estas enfermedades, los expertos están implementando técnicas innovadoras, como el uso de drones para combatir el mosquito Culex y la técnica del mosquito estéril, que consiste en liberar machos esterilizados que se aparean con hembras silvestres, evitando así que sus descendientes eclosionen. Este enfoque no busca erradicar a los mosquitos, dado que cumplen roles importantes en los ecosistemas, sino controlar sus poblaciones de manera sostenible.
En resumen, tanto la prevención como la rápida identificación de focos de infección son esenciales para el control del dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores. El futuro del control de plagas se basa en la innovación y formación especializada, evitando la dependencia excesiva de insecticidas que puedan desencadenar resistencias en las plagas.