En un informe contundente, el Secretario General de las Naciones Unidas denuncia un retroceso sin precedentes en los derechos de las mujeres en situaciones de conflicto. La violencia sexual ha aumentado casi un 90% en los últimos dos años, lo que plantea una grave preocupación sobre la protección de las mujeres en estas circunstancias.
El documento, que se hizo público el lunes, revela que el número de conflictos activos en el mundo ha alcanzado niveles históricos, con 676 millones de mujeres viviendo a menos de 50 kilómetros de un conflicto mortal, cifra que no se veía desde la década de 1990. Las cifras son alarmantes: las víctimas civiles, especialmente entre mujeres y niños, se han multiplicado por cuatro en este breve período, consecuencia de guerras que ignoran las normas humanitarias.
António Guterres resaltó en una conferencia de prensa que las graves violaciones cometidas contra mujeres y niñas en países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Haití, Myanmar, Sudán y el Territorio Palestino Ocupado evidencian los riesgos extremos que enfrentan. Además, Nyaradzayi Gumbonzvanda, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, subrayó que el mundo se encuentra en una trayectoria errónea, con el gasto militar alcanzando cifras récord mientras se socavan la igualdad de género y el multilateralismo.
Los datos sobre la violencia sexual relacionada con conflictos son escalofriantes, con un aumento del 87% en casos documentados. En Haití, más de dos tercios de los casos reportados son de naturaleza sexual, mientras que en la República Democrática del Congo se registraron 38,000 casos en Kivu del Norte en los primeros meses del año. El informe también menciona la «violencia reproductiva», la cual incluye la destrucción deliberada de centros de maternidad y el bloqueo al acceso a servicios de salud, recordando que estas acciones pueden ser consideradas crímenes de genocidio.
La violencia contra las mujeres ya no se considera daño colateral, sino una estrategia de guerra tan común como el uso de armas de fuego. Según Sarah Hendriks, directora de la División Política de ONU Mujeres, estas cifras reflejan una guerra librada sobre los cuerpos de mujeres y niñas, con un alarmante desprecio por el derecho internacional.
A pesar de la magnitud de estos problemas, las mujeres siguen siendo sistemáticamente excluidas de las negociaciones de paz. Nueve de cada diez procesos de negociación no incluyen a mujeres, quienes representan solo el 7% de los negociadores. Guterres también lamentó que las mesas de negociación estén dominadas por hombres que no asumen una responsabilidad real por las consecuencias de sus decisiones.
Asimismo, el contexto de creciente militarización es preocupante. El gasto militar global alcanzó los 2,7 billones de dólares el año pasado, un aumento del 9,4%, el más alto desde el fin de la Guerra Fría. Sin embargo, menos del 0,4% de la ayuda humanitaria en contextos de conflicto llega a organizaciones de mujeres. Sarah Hendriks advirtió que cerca de la mitad de estas organizaciones podrían cerrar en los próximos seis meses debido a la falta de financiación, evidenciando un desbalance alarmante entre el gasto en guerra y el apoyo a quienes sufren sus consecuencias.
Fuente: ONU últimas noticias