El número de víctimas del terremoto que golpeó el este de Afganistán el pasado domingo sigue en aumento, según reportan agencias de socorro de la ONU. Las cifras preliminares indican más de 800 muertos y al menos 2000 heridos, pero se estima que las pérdidas podrían alcanzar “cientos de miles”, de acuerdo con el representante para Asuntos Humanitarios en el país, Indrika Ratwatte.
Ratwatte explicó que las regiones montañosas afectadas están compuestas en su mayoría por estructuras frágiles de barro y madera, las cuales no pudieron soportar el seísmo de seis grados en la escala de Richter. “Cuando los muros se derrumban, es el techo lo que cae sobre las personas, matándolas o asfixiándolas, y dado que el temblor ocurrió de noche, muchos estaban durmiendo”, destacó. Además, se teme que muchas personas continúen atrapadas entre los escombros.
En términos de pérdidas materiales, el funcionario alertó que cientos de miles de personas podrían verse afectadas por la destrucción de sus hogares, la pérdida de vidas familiares, o la pérdida de ganado y medios de subsistencia. La situación se complica por la limitada accesibilidad en las primeras 24 horas tras el terremoto, donde deslizamientos de tierra y desprendimientos de rocas obstaculizaron las operaciones de socorro.
La ONU ha movilizado 20 equipos de evaluación de emergencia y 15 equipos móviles, además de intensificar los vuelos humanitarios desde Kabul a Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar. También se están estableciendo esfuerzos para reparar redes móviles dañadas, esenciales para conectar a las comunidades afectadas, ya que, en algunas áreas, la comunicación es inexistente.
Ratwatte enfatizó la importancia de las labores de salud y protección, así como de apoyo psicosocial para quienes han perdido a sus seres queridos. Subrayó la urgencia de gestionar adecuadamente los cuerpos y el ganado muerto para evitar brotes de enfermedades.
La jefa en funciones de la Media Luna Roja también subrayó las complicaciones en el acceso a las áreas más remotas que han retrasado la ayuda a los heridos. El personal y los voluntarios deben caminar largas horas para alcanzar las aldeas afectadas y llevar a los heridos a hospitales que ya se encuentran desbordados.
El contexto humanitario en Afganistán es ya precario; el país enfrenta desafíos sistémicos que afectan a 22,5 millones de personas que necesitan asistencia. La sequía y la reducción de financiamiento a programas humanitarios han exacerbado la inseguridad alimentaria, mientras que el regreso de 2,4 millones de refugiados desde Irán y Pakistán ha añadido más presión a las comunidades locales, muchas de las cuales se dirigen ahora a las zonas devastadas por el terremoto.
El coordinador humanitario de la ONU advirtió que la situación es insostenible: “Estamos al borde del colapso en cuanto a la respuesta a las múltiples crisis humanitarias que sufre el país”. El plan de respuesta humanitaria de 2400 millones de dólares para 2025 ha conseguido solo el 28% de su financiación, lo que representa un gran desafío ante una nueva catástrofe.
Fuente: ONU últimas noticias