A Archaón se le conoce por ser el Elegido y el flamante campeón supremo de los cuatro grandes dioses que existieron durante la larga historia del Caos. Estos Dioses además fueron los encargados de encabezar la que supuso la última incursión del Caos en la totalidad de El Imperio.
Según cuentan los rumores y las leyendas, Archaón en sus orígenes era un soldado templario que tenía unos tremendos celos de Sigmar, y que se dedicaba a luchar continuamente por la peligrosa amenaza del Caos.
Archaón además se encargó de leer diferentes manuscritos antiguos que fueron escritos por Necrodomo El Insano, los cuales tenían un contenido basado en blasfemias e injurias sobre la religión de Sigmar y la naturaleza que envolvía al Caos. Tras toda esta cantidad de información, Archaós reaccionó de una manera poco esperada y comenzó a llamar mentirosos a todos los dioses, seguido de quemar el templo y todos los manuscritos cruelmente.
Más tarde, se puso entre ceja y ceja a su familia, a la cual persiguió hasta acabar con toda ella. Después, pasó a a vivir a los Desiertos del Caos, donde nadie le molestaría.
Por lo que Archaón se prestó a ayudar a los dioses actuando como un objeto de destrucción. Que atacaría a quien hiciese falta con tal de hacer valer su esfuerzo.
El único objetivo de Archaon era de glorificar la fuerza y el honor de las tribus del Norte de Norsca y hacer ver a los dioses del Caos que él y solo él era el elegido y el único capaz de llevar la destrucción, el hambre y el miedo a las tierras de los hombres.
Poco tardo en cumplir con sus amenazas y sed de sangre y venganza… el azote de los hombres comenzó su campaña de destrucción antes de comenzar el decimo quinto verano de los hombres, desde la batalla contra Azagh el Carnicero.
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