El miedo a romper una familia mantiene a miles de personas atrapadas en relaciones emocionalmente tóxicas. En este contexto, tres referentes en sus campos —la abogada y mediadora Amparo del Río, la psicóloga Laura Polo y los creadores del proyecto espiritual «Llamas Gemelas por el Mundo»— ofrecen una visión transformadora sobre cómo liberar vínculos dañinos sin sacrificar la identidad propia ni la estructura familiar.
Amparo del Río, con más de 20 años de experiencia en mediación familiar, insiste en que es posible separarse sin romper la familia. Su enfoque se basa en la comunicación consciente y la mediación, permitiendo a las parejas terminar su relación mientras se prioriza el bienestar emocional de todos los involucrados. Del Río argumenta que la separación no debe ser vista como un fracaso, sino como un cambio de etapa que puede gestionarse con respeto. Esto es especialmente importante cuando hay hijos, quienes necesitan ver un modelo saludable de amor y relaciones.
Desde la perspectiva psicológica, Laura Polo invita a reflexionar sobre la arraigada creencia de quedarse en una relación «por los hijos». Polo destaca que permanecer en una situación tóxica genera más culpa y tristeza. Los niños son perceptivos y sienten las tensiones en el hogar, lo que les enseña de manera indirecta que el amor puede significar sufrimiento. Así, sugiere que cuidar de los hijos implica también cuidar de uno mismo y mostrarles un amor saludable, que incluye honestidad y límites.
Por su parte, Débora y David, creadores del canal de YouTube «Llamas Gemelas por el Mundo», abordan el tema desde un ángulo emocional y espiritual. Ellos sostienen que aprender a soltar es, en realidad, un acto de amor propio. Según ellos, dejar ir no implica perder, sino recordar quién se es en esencia y honrar la verdad interior. El canal se propone inspirar a las personas a reconectar con su autenticidad y a entender que cada vínculo puede ser un camino hacia la libertad interior.
Este enfoque multidimensional —legal, emocional y espiritual— promueve una nueva forma de entender las relaciones y las separaciones, alentando a las personas a elegir el amor consciente. Aprender a soltar no es rendirse, sino vivir en coherencia con uno mismo. En definitiva, amar no significa retener, sino acompañar a otros con libertad y respeto.





