El Secretario General de la ONU, António Guterres, instó recientemente a acelerar la transición hacia energías renovables, afirmando que «el futuro de la energía limpia ha dejado de ser una promesa y ya es un hecho». Su declaración se produjo en el marco de un informe conjunto del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Agencia Internacional de Energías Renovables, cuyos datos destacan que la inversión en energías limpias superó por primera vez los dos billones de dólares en 2024, eclipsando los fondos dirigidos a combustibles fósiles.
Durante su discurso sobre el clima, Guterres subrayó que los costos de generación de electricidad mediante energía solar y eólica son actualmente más económicos que los derivados de fuentes fósiles, lo que representa un cambio decisivo en la economía energética global. Destacó que la energía limpia no solo es clave en la lucha contra el cambio climático, sino que también promueve el desarrollo económico y la creación de empleo. Solo en el último año, el 10% del crecimiento del PIB mundial fue impulsado por sectores relacionados con las energías renovables, siendo China y la Unión Europea ejemplos notables de esta tendencia.
A nivel laboral, unas 35 millones de personas desempeñan roles en sectores de energías limpias, con 16,2 millones empleados directamente en energías renovables. Guterres identificó tres razones que sostienen que la transformación hacia energías limpias es irreversible: su solidez económica, su impacto en la seguridad energética y su capacidad para proporcionar acceso universal.
El Secretario General enfatizó que, mientras que las fuentes fósiles generan volatilidad, el sol y el viento ofrecen autonomía y recursos inagotables. Hoy en día, las fuentes renovables generan casi un tercio de la electricidad mundial, un porcentaje en constante aumento. Sin embargo, también advirtió sobre la falta de equidad en la transición, señalando que África representa apenas el 1,5% de la capacidad renovable instalada global, a pesar de albergar el 60% del potencial solar del planeta.
En respuesta a estas disparidades, Guterres propuso seis estrategias para asegurar una transición justa y efectiva, que incluyen planes climáticos más ambiciosos y una inversión más significativa en países en desarrollo. Además, destacó que entre 2015 y 2024, la capacidad eléctrica renovable global creció un 140%, mientras que las energías fósiles solo aumentaron un 16%.
El informe también indicó un aumento explosivo en las ventas de vehículos eléctricos, que se dispararon un 3300%, alcanzando más de 17 millones de unidades en 2024. A su vez, la electricidad generada a partir de fuentes renovables se ha vuelto notablemente más asequible; en 2024, el costo promedio de la electricidad solar fue un 41% más bajo que el de la planta fósil más económica.
A pesar de estos avances, Guterres alertó que la transición no está ocurriendo con la rapidez necesaria, considerando que los subsidios a combustibles fósiles siguen siendo altos y muchas redes eléctricas no están adecuadamente equipadas para integrar las nuevas capacidades renovables. Actualmente, más de 3000 GW de proyectos renovables esperan ser conectados a las redes eléctricas.
Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es imprescindible que la inversión anual en energías limpias en economías emergentes y en desarrollo se multiplique de cinco a siete veces antes de 2030. Guterres subrayó que este esfuerzo necesita una reforma profunda en la arquitectura financiera internacional y políticas comerciales que apoyen el desarrollo sostenible.
“Este es el momento oportuno. Contamos con las herramientas. Ahora debemos usarlas con decisión y equidad”, concluyó Guterres, reafirmando su convicción de que un sistema energético limpio, seguro y accesible es posible mediante una cooperación internacional sólida y políticas adecuadas.
Fuente: ONU últimas noticias