AleaSoft: El Sistema Eléctrico Ha Evolucionado en 20 Años

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AleaSoft: el sistema eléctrico ya no es el de hace 20 años

El sistema eléctrico español ha experimentado una transformación notable en las últimas dos décadas, impulsada por el crecimiento de las energías renovables y el autoconsumo. Sin embargo, el avance de las infraestructuras de red no ha sido uniforme con este ritmo de cambio. En un contexto marcado por la generación distribuida y los flujos de energía bidireccionales, se vuelve urgente la modernización de la red eléctrica, así como la digitalización de infraestructuras y la mejora en la planificación para garantizar la estabilidad y avanzar hacia un sistema eléctrico completamente renovable.

Hace 20 años, el modelo eléctrico español se basaba fundamentalmente en grandes plantas térmicas, nucleares e hidráulicas, que producían electricidad para ser transportada a los consumidores a través de redes diseñadas para un flujo unidireccional. Actualmente, la situación es radicalmente distinta. Las redes deben gestionar la entrada de millones de pequeños generadores, que van desde grandes parques eólicos y fotovoltaicos hasta instalaciones de autoconsumo en hogares.

En dos décadas, la generación renovable ha crecido significativamente, pasando de representar menos del 20% de la producción eléctrica nacional a superar el 50%. El autoconsumo también ha visto un ascenso destacado, convirtiéndose en una práctica común en miles de hogares. Según datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, el 3,7% de la demanda eléctrica nacional fue cubierta por autoconsumo en 2024, un notable incremento respecto al 0,1% de 2017.

A pesar del crecimiento físico de la red, que ha incluido nuevas líneas de transporte e interconexiones, este desarrollo no ha sido proporcional al aumento de la generación distribuida ni a las exigencias que plantea el nuevo sistema. Muchas redes de distribución siguen operando bajo arquitecturas diseñadas para el siglo XX, lo que limita su flexibilidad y capacidad de digitalización.

El sistema de protección también ha tenido que adaptarse a esta nueva realidad, requiriendo la gestión de flujos bidireccionales y variaciones rápidas. Sin embargo, muchas infraestructuras carecen de modernización en sus sistemas de protección, lo que ha llevado a un aumento de la inestabilidad en el sistema. Este fenómeno no es atribuible a una ineficiencia de las energías renovables, sino a la falta de preparación del sistema para integrar de manera masiva esta fuente de energía.

Para afrontar estos retos, es esencial acelerar la inversión en la digitalización de las redes, implementando sistemas de control remoto y herramientas de gestión en tiempo real. Asimismo, se debe modernizar la lógica de protección, incorporar almacenamiento de energía y promover una gestión activa de la demanda. Impulsar la flexibilidad del sistema mediante la participación del consumidor es crucial para garantizar el equilibrio energético.

La transición hacia un sistema eléctrico sostenible no solo depende de aumentar la generación renovable, sino también de contar con una red robusta e inteligente. Si se desea avanzar hacia un futuro 100% renovable y estable, es urgente que la planificación energética incluya la modernización de la red como un eje central.