El sector eléctrico está experimentando una transformación considerable impulsada por la creciente integración de energías renovables, la electrificación masiva y la aparición de nuevos actores y tecnologías. En este contexto, las previsiones de energía se han convertido en herramientas estratégicas esenciales. Estas previsiones permiten a los diferentes agentes del mercado tomar decisiones informadas, mitigar riesgos y anticiparse a los cambios del entorno energético.
Las previsiones de energía son estimaciones fundamentadas en modelos matemáticos, datos históricos y análisis de tendencias futuras. Estas estimaciones permiten anticipar variables críticas, como la demanda eléctrica, la oferta, la producción renovable (incluyendo solar, eólica e hidráulica), así como los precios en los mercados eléctricos, que abarcan desde el mercado spot hasta el intradiario y los servicios de ajuste.
Estas previsiones se pueden realizar para diversos horizontes temporales, desde minutos y horas en el corto plazo, hasta semanas, meses e incluso décadas en el largo plazo. Su utilidad se extiende a varios actores del sistema eléctrico. Por ejemplo, los operadores del sistema requieren previsiones precisas para planificar y garantizar la estabilidad de la red y el suministro. Por otro lado, los generadores de energía renovable optimizan su participación en el mercado gracias a las previsiones, mientras que las comercializadoras ajustan sus estrategias de compraventa basándose en estas estimaciones.
Los consumidores electrointensivos también se benefician de estas previsiones al poder planificar su consumo y contratar coberturas en los mercados de futuros. Además, las administraciones públicas utilizan las previsiones para diseñar políticas y planificaciones energéticas alineadas con escenarios futuros.
La visión a largo plazo es crítica en la toma de decisiones sobre infraestructuras energéticas, que típicamente tienen horizontes de 20 años o más. Las previsiones a largo plazo son vitales para evaluar la rentabilidad de nuevos proyectos, como plantas solares y eólicas, y para anticiparse a cambios regulatorios y tecnológicos.
Para realizar previsiones de energía de calidad, es necesario contar con datos precisos, así como un profundo conocimiento del funcionamiento del sistema eléctrico. Los modelos utilizados combinan información histórica del mercado, factores externos como la meteorología y variables económicas, a través de algoritmos estadísticos y técnicas de inteligencia artificial.
En un entorno energético cada vez más complejo, la capacidad de anticipar tendencias se convierte en un activo estratégico. Cada vez más, las empresas del sector valoran el acceso a análisis elaborados por equipos altamente cualificados, lo que refuerza la calidad de las previsiones y permite una mejor interpretación de los resultados.
La evolución del sector eléctrico seguirá enfrentando cambios estructurales en los próximos años. En este contexto, el conocimiento experto aplicado a las previsiones será crucial para identificar oportunidades, anticipar retos y desarrollar estrategias que promuevan un futuro energético más eficiente, flexible y sostenible. Las divisiones AleaGreen y AleaBlue ofrecen previsiones tanto a largo como a corto plazo, facilitando la financiación de proyectos renovables y optimizando la gestión del consumo y la producción de energía.





