La luz de la mañana comienza a envolver a Sikaiana, un atolón remoto de menos de dos kilómetros cuadrados en las Islas Salomón, donde el océano es fuente de vida y, a la vez, una creciente amenaza. Con solo 300 habitantes y situado a más de 200 kilómetros de la isla principal del archipiélago, la comunidad enfrenta serios desafíos debido al aumento del nivel del mar.
Las casas, ubicadas a escasa distancia de la costa, son vulnerables a las mareas altas, que inundan la vegetación y contaminan los pozos de agua dulce, un recurso cada vez más escaso en esta isla aislada. A pesar de estas adversidades, la vida diaria sigue su curso. Los niños van descalzos a la escuela, los pescadores preparan sus artes y las familias cuidan de sus huertos.
Tuiao Kapule, director de la única escuela de la isla, expresa su preocupación mientras extrae agua de lluvia de un tanque de almacenamiento. «Cuando era niño, la vida en Sikaiana no era así», cuenta. «Ahora las mareas son más altas y nos resulta más difícil cultivar». El impacto del cambio climático se siente en cada rincón, afectando incluso la alimentación de los estudiantes, algunos de los cuales se quedan en casa cuando no hay suficiente para comer.
El testimonio de Mary Maike, una anciana de la comunidad que ha vivido junto al mar toda su vida, complementa la historia de Tuiao. Ella menciona cómo la escasez de lluvia y el clima extremo han deteriorado la producción de sus huertos. «Si tenemos que reubicarnos, dependerá de nuestros líderes», explica Mary, quien destaca que su comunidad preferiría permanecer cerca del mar, de donde obtienen su alimento.
En todo el archipiélago, relatos como los de Tuiao y Mary son cada vez más frecuentes ante las evidencias del cambio climático: jardines inundados, pozos contaminados y costas erosionadas. Con solo cuatro metros de elevación sobre el nivel del mar y escasa protección natural, Sikaiana se halla en una situación crítica. La reubicación se presenta como la única alternativa viable, dado que la construcción de diques es compleja y costosa.
Este tema será parte de los debates en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, que se celebrará en Belém, Brasil. A raíz de estos desafíos, en 2022, el Gobierno de las Islas Salomón implementó las Directrices para la reubicación planificada, un marco para gestionar los desplazamientos de comunidades de alto riesgo, asegurando la dignidad de los isleños en el proceso.
Mientras el sol se oculta y las olas rompen suavemente contra la orilla, la comunidad de Sikaiana vive en un constante recordatorio de que su forma de vida está en peligro. Tanto Tuiao como Mary aspiran a que sus hijos puedan forjar un futuro seguro, ya sea permaneciendo en su hogar o encontrando uno nuevo, mientras que su unidad y resiliencia los ayudan a mantener la dignidad frente a la adversidad.
Fuente: ONU últimas noticias





