La diverticulitis es una enfermedad que afecta a un amplio sector de la población mayor de 50 años, siendo que la mitad de este grupo presenta divertículos en su colon, aunque muchos de estos casos son asintomáticos. Sin embargo, las complicaciones surgen cuando estos divertículos se inflaman o infectan, lo que da lugar a la diverticulitis, una condición que se asemeja a una apendicitis, pero en el lado izquierdo del abdomen.
El cirujano general de Policlínica Gipuzkoa, José Luis Elósegui, ha alertado sobre la importancia de la información en la prevención de esta enfermedad. Señala que, aunque la mayoría de las personas con divertículos no presentan síntomas, alrededor del 15% de los casos pueden complicarse con inflamación, desencadenando malestar y síntomas más graves si no se atienden adecuadamente.
Los divertículos, que son pequeñas deformaciones en la pared del intestino, son más frecuentes en el colon y no necesariamente implican una enfermedad. Sin embargo, cuando se inflaman, pueden ocasionar complicaciones serias. A pesar de no existir un factor genético determinado que cause esta afección, Elósegui menciona que hay ciertos factores de riesgo. La edad es el principal de ellos; a medida que se envejece, aumenta la probabilidad de desarrollar divertículos debido a la pérdida de tono muscular en el colon. El estreñimiento, a menudo relacionado con una dieta baja en fibra y el sedentarismo, también es un factor determinante en la aparición de esta condición.
En cuanto a los síntomas, menos del 30% de las personas con divertículos experimentan molestias y solo la mitad de estos desarrollarán diverticulitis. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal constante, especialmente en el lado izquierdo, y pueden manifestarse junto con fiebre y un malestar general. Si la inflamación se agrava, se podrían presentar complicaciones más serias como una peritonitis.
Para prevenir la diverticulitis, el cirujano enfatiza la importancia de mantener un intestino saludable. Una dieta rica en fibra y la actividad física regular son claves para reducir el riesgo. Asimismo, una correcta hidratación favorece el tránsito intestinal y el impulso del contenido fecal.
Cuando aparecen los síntomas, Elósegui sugiere iniciar un reposo digestivo, optando por una dieta líquida y, en caso de no observar mejoría en 24 horas, consultar a un médico. En situaciones más complicadas, la intervención médica podría ser necesaria, utilizando técnicas mínimamente invasivas.
Finalmente, Elósegui recomienda un cambio en los hábitos alimenticios hacia aquellos que se basaban en la dieta tradicional de nuestros abuelos, rica en fibra, enfatizando la importancia de una alimentación equilibrada como estrategia para el manejo y la prevención de futuros episodios de diverticulitis.
