Actualmente, España no cuenta con portaaviones en su flota naval. El último portaaviones que tuvo la Armada española fue el Príncipe de Asturias, que fue dado de baja en 2013. Desde entonces, España ha dependido de la colaboración con otros países miembros de la OTAN para llevar a cabo operaciones aéreas en el mar.
La ausencia de un portaaviones en la flota naval española ha generado cierta preocupación, especialmente en un momento en el que las tensiones en el Mediterráneo y en el Atlántico sur están en aumento. La capacidad de proyectar poder aéreo desde el mar es un elemento crucial en la defensa y seguridad de un país.
Algunos expertos en defensa han señalado la importancia de que España cuente con un portaaviones propio, tanto para cuestiones de seguridad nacional como para proyectar su poderío militar a nivel internacional. Sin embargo, la adquisición y mantenimiento de un portaaviones representa un desafío económico considerable.
Por el momento, la Armada española se ha centrado en modernizar y ampliar su flota de fragatas y submarinos, así como en desarrollar capacidades de defensa cibernética y espacial. A pesar de esto, la ausencia de un portaaviones sigue siendo un tema de debate y reflexión en el ámbito de la defensa nacional en España.
