El técnico italiano fue claro al término del partido en la rueda de prensa donde afirmó que no había excusas ya que el Getafe les había dado un baño. Nada más lejos de la realidad, pues los blancos no tiraron a puerta en todo el partido y se vieron superados en todas las líneas por un Getafe que quería ganar y jugar al fútbol.
Capello dio entrada a Helguera en el centro de la defensa y éste le respondió, pero claro, la inactividad de no haberla rascado en todo lo que llevamos de temporada se nota y acabó con problemas físicos. Raúl Bravo, que es hombre de banda jugó de central izquierdo. Y Pavón en el banquillo. Un desorientado Diarra mostró su impotencia con una entrada merecedora de la expulsión. Aunque para expulsión la de Ronaldo (quién salió en la segunda parte tras haberse pasado toda la primera riéndose en el banquillo con su colega Robinho) que en 8 minutos se quitó del medio para el partido frente al Barça del próximo fin de semana.
Por cierto, menos mal que la torcedura que sufrió Raúl no parece ser nada reseñable. Sería un fiasco, ahora que empezaba a ser de nuevo Raúl.
Y lo peor de todo es que el Real Madrid encajó gol de la manera que más molesta a su entrenador, a balón parado.
Resumiendo. El Madrid sigue sin ganar en el Alfonso Pérez. Conforme viene jugando, y no solo eso, sino que conforme vienen comportándose los jugadores, que parece que a algunos les da igual, esta semana puede ser caótica. Tienen Champions y el domingo reciben a Ronaldinho y compañía. Ya pueden espabilar.