Volkswagen pone «caballos» bajo suscripción: el coche conectado abre un nuevo debate

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El coche eléctrico ya no solo se conduce: ahora también se “desbloquea”. Volkswagen ha estrenado en sus modelos ID.3 Pro y Pro S un modelo de negocio que recuerda más a las plataformas digitales que a la automoción tradicional: la potencia máxima del motor está detrás de un muro de pago.

De fábrica, ambos vehículos eléctricos entregan 201 caballos de potencia (bhp), aunque técnicamente son capaces de alcanzar los 228 bhp. Para liberar esos 27 caballos extra, el conductor debe pasar por caja: 20 dólares al mes, 200 al año o un único pago de 760 dólares.

La suscripción que se queda con el coche

A diferencia de otros servicios digitales ligados al usuario, esta suscripción está vinculada al vehículo en sí. Es decir, si un comprador adquiere el paquete completo de por vida y más tarde revende el coche, el nuevo propietario disfrutará del desbloqueo sin pagar un euro adicional.

Volkswagen lo presenta como una forma de ofrecer más flexibilidad al consumidor, en lugar de obligarle a optar desde el inicio por una versión más potente y cara. En palabras de la compañía, recogidas por Autoexpress UK:

“Históricamente, muchos motores de combustión ofrecían variantes con más o menos potencia a un precio superior. Ahora damos al cliente la opción de decidirlo durante la vida útil del coche, y no solo en el momento de la compra.”

El coche como plataforma: ¿comodidad o negocio encubierto?

La medida ha generado un fuerte debate. Para la mayoría de conductores, la potencia extra difícilmente será imprescindible en el día a día. Pero la percepción de pagar por una capacidad que el coche ya tiene de fábrica resulta difícil de aceptar.

El caso recuerda a otros intentos de la industria: BMW ya probó a cobrar por la calefacción de los asientos vía suscripción, una idea que abandonó tras la avalancha de críticas. Tesla, por su parte, comercializa actualizaciones de software que desbloquean autonomía o funciones de conducción asistida.

En todos los casos, el coche se convierte en una plataforma de servicios digitales recurrentes, donde el hardware está presente desde el primer día, pero parte de sus capacidades se mantienen bloqueadas hasta que el cliente paga.

Un modelo de futuro (y de polémica)

El giro no es casual. La automoción eléctrica, con menos márgenes en el hardware y mayor estandarización de componentes, empuja a los fabricantes a buscar ingresos adicionales en el software y los servicios.

Lo que hoy es un “plus de potencia” podría mañana aplicarse a la autonomía, al rendimiento de la batería o a mejoras de seguridad avanzada. En la práctica, el coche del futuro podría funcionar como un smartphone sobre ruedas: actualizaciones constantes, mejoras bajo demanda y un catálogo de suscripciones a medida.

¿Aceptarán los conductores este cambio?

La clave estará en la percepción del valor añadido. Si el usuario lo entiende como una opción cómoda y flexible, podría tener éxito. Si lo ve como una limitación artificial impuesta para cobrar más, será difícil de justificar.

Por ahora, la reacción del público es mayoritariamente crítica: pagar por desbloquear caballos ya presentes en el motor parece un paso más hacia la monetización total de la experiencia de conducir.

FAQ: lo que necesitas saber

1. ¿Qué modelos de Volkswagen incluyen la suscripción de potencia?
Actualmente, los ID.3 Pro y Pro S.

2. ¿Cuánta potencia se desbloquea al pagar?
Se pasa de 201 bhp a 228 bhp, un incremento de 27 caballos.

3. ¿Cuánto cuesta el servicio?
20 dólares al mes, 200 al año o un pago único de 760 dólares por toda la vida útil del coche.

4. ¿La suscripción está ligada al conductor o al vehículo?
Está ligada al coche: si se vende de segunda mano, el nuevo dueño mantiene el desbloqueo.

5. ¿Qué dicen los críticos?
Que es un modelo injusto porque el hardware ya está en el coche y se paga dos veces por lo mismo.

6. ¿Existen precedentes en la industria?
Sí: BMW intentó cobrar por la calefacción de asientos y Tesla ya vende desbloqueos de software.

vía: dexerto