En un fenómeno que ha sorprendido a coleccionistas y entusiastas de la antigüedad, las vajillas que antaño adornaban las mesas de nuestras abuelas están experimentando un resurgimiento en el mercado del arte y la antigüedad. Muchas de estas piezas, que solían ser consideradas meros utensilios de uso diario, ahora se están valorando en miles de euros, convirtiéndose en verdaderas reliquias de épocas pasadas.
La razón detrás de este fenómeno radica en la creciente apreciación por la artesanía y la historia que cada pieza encierra. Vajillas de marcas icónicas, que solían ser parte del legado familiar, han despertado el interés de coleccionistas que ven en ellas una oportunidad de inversión y una forma de preservar la historia cultural. Desde platos de cerámica pintados a mano hasta servicios de porcelana de renombre, estos objetos han mantenido su valor a lo largo del tiempo y, en algunos casos, lo han multiplicado.
Expertos en antigüedades advierten que el estado de conservación y la rareza de cada pieza son factores clave en su valoración. Algunas vajillas que antes pasaban desapercibidas, como las de la marca inglesa Royal Worcester o las de la francesa Limoges, ahora pueden alcanzar precios de subasta de hasta 10,000 euros. Las casas de subastas han notado un aumento en la demanda, en parte impulsado por una nueva generación que busca darle un nuevo uso a estas piezas en la decoración de sus hogares.
El auge de plataformas digitales también ha facilitado la venta y compra de estas vajillas, permitiendo a quienes podrían haberlas mantenido en el olvido descubrir su valor oculto. Blogs y grupos en redes sociales dedicados a la reutilización de antigüedades han contribuido a esta tendencia, alentar a nuevos propietarios a revivir la tradición de las vajillas familiares.
No obstante, los expertos aconsejan a los potenciales compradores que se informen adecuadamente y busquen asesoramiento profesional antes de realizar una adquisición significativa. La autenticidad y la procedencia son aspectos que deben ser considerados para evitar estafas en un mercado que, aunque apasionante, puede estar lleno de incertidumbres.
Así, lo que alguna vez fue simplemente un juego de platos para los almuerzos familiares se ha transformado en un sector cada vez más lucrativo, donde las historias de nuestras abuelas se preservan a través de estas delicadas piezas que han regresado con fuerza al presente, ahora con un valor digno de su rica herencia cultural.
