Con la llegada de las vacaciones de verano, miles de familias tienen que hacer frente a uno de los mayores retos de conciliación del año. Estos meses suponen todo un reto para las padres, que tienen que buscar todo tipo de soluciones para que sus hijos puedan estar entretenidos mientras que ellos están en sus puestos de trabajo. Aunque hay empresas que ofrecen condiciones para compatibilizar esta conciliación, aún son muchas las que no lo ofrecen.
Según la Plataforma de Infancia, el 50% de las familias recurren a campamentos de verano para lograr esa conciliación. Sin embargo, esta solución no es accesible para todos los hogares debido a su elevado precio. De hecho, se estima que el 14% de los hogares no pueden permitírselo.
Esta realidad se refleja en la percepción generalizada de las medidas ofrecidas por las empresas, ya que según un estudio reciente realizado por Protime, el 74,2 % de los empleados considera que las opciones de conciliación disponibles en sus empresas son insuficientes o claramente mejorables. Esto subraya la necesidad urgente de revisar y reforzar las políticas de apoyo a las familias, especialmente durante periodos de mayor carga como el verano.
Flexibilidad laboral: un derecho que aún genera desconfianza
A pesar de que muchos convenios colectivos y normativas internas incluyen medidas de flexibilidad —como el horario laboral flexible, trabajo a tiempo parcial, teletrabajo o la jornada intensiva—, su uso sigue generando reticencias entre los empleados. Según el Estudio IFREI, elaborado por el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE Business School, el 73 % de los trabajadores españoles cree que utilizar medidas de flexibilidad puede penalizar su desarrollo profesional.
Este dato refleja una cultura organizativa en la que aún persiste la percepción de que la dedicación se mide en presencia física o disponibilidad constante, en lugar de en resultados. Como consecuencia, muchos trabajadores renuncian a ejercer su derecho a la flexibilidad por miedo a perder visibilidad o proyección dentro de la organización.
El desafío de la desconexión digital
Otro de los grandes retos para la conciliación, especialmente en verano, es el respeto al derecho a la desconexión digital. La hiperconectividad, potenciada por el trabajo híbrido y la tecnología, ha difuminado las fronteras entre lo laboral y lo personal. Aunque este derecho está reconocido legalmente y las empresas han establecido políticas internas al respecto, muchos trabajadores siguen recibiendo correos, mensajes o llamadas fuera de su horario.
Según datos recogidos por Protime, solo el 38 % de los trabajadores considera que el derecho a la desconexión digital está plenamente respetado en su empresa. Este dato pone de manifiesto una realidad que afecta a un amplio porcentaje de la fuerza laboral y que puede tener consecuencias importantes en términos de salud mental, motivación y productividad.
Esta carencia cobra aún mayor relevancia durante los meses de verano, cuando las expectativas personales de descanso, ocio y desconexión aumentan considerablemente. Además, en este periodo suelen disminuir los recursos de conciliación externa, como el apoyo familiar o los servicios escolares, que dejan de estar disponibles. Todo esto genera una mayor presión sobre los trabajadores y destaca la necesidad de contar con entornos laborales que respeten de forma activa y consciente el tiempo personal de sus empleados.
Según datos recogidos por Protime, solo el 38 % de los trabajadores considera que este derecho es plenamente respetado en su empresa. Esta carencia se vuelve especialmente relevante en verano, cuando las expectativas de descanso y desconexión aumentan y los recursos de conciliación externa —como el apoyo familiar o los servicios escolares— disminuyen.
Hacia una cultura laboral sostenible y humana
El verdadero reto no radica únicamente en implementar medidas aisladas, sino en construir un entorno laboral basado en la confianza mutua y la responsabilidad compartida entre empresa y personas trabajadoras. Para que conceptos como la flexibilidad, la conciliación y la desconexión digital sean realmente efectivos y sostenibles en el tiempo, es imprescindible que vayan acompañados de políticas internas bien definidas, formación específica para los líderes y mandos intermedios, y una estrategia de comunicación interna clara, coherente y constante, así como de herramientas digitales adecuadas que faciliten su aplicación y seguimiento en el día a día.