Investigadores de la Universidad de Edimburgo han realizado un hallazgo innovador al descubrir que la bacteria Escherichia coli, comúnmente conocida como E. coli, es capaz de transformar moléculas de tereftalato de polietileno (PET), un tipo de plástico, en paracetamol. Este estudio, publicado en la revista Nature Chemistry, sugiere una alternativa más sostenible y limpia a los métodos actuales de producción de este analgésico y antipirético, que habitualmente generan emisiones de carbono.
El PET es ampliamente utilizado en botellas de agua y envases de alimentos, contribuyendo a más de 350 millones de toneladas de residuos anuales que contaminan vertederos y océanos. Por otro lado, el paracetamol se elabora convencionalmente a partir del fenol, un derivado de combustibles fósiles que también agrava el cambio climático.
En este contexto, el equipo investigador modificó E. coli para que pudiera transformar ácido tereftálico, un derivado del PET, en paracetamol. A través de un proceso de fermentación similar al utilizado en la producción de cerveza, lograron acelerar la conversión de residuos industriales de PET en paracetamol en menos de 24 horas, manteniendo el proceso a temperatura ambiente y limitando significativamente la emisión de carbono.
La investigación señala que, en combinación con enzimas naturales de microbios del suelo y hongos, se logró construir un proceso biológico que convierte residuos plásticos en paracetamol con un impresionante rendimiento del 92 %. «Hemos encontrado que una reacción química que se ha utilizado durante más de un siglo en la industria puede llevarse a cabo dentro de bacterias vivas», indicó Stephen Wallace, primer autor del estudio.
Aunque hasta el momento solo se han producido pequeñas cantidades de paracetamol en laboratorio, el avance representa un paso importante hacia la posibilidad de producción a gran escala. Sin embargo, el investigador advierte que cualquier uso humano del analgésico requerirá estrictas pruebas de seguridad y la aprobación de las autoridades pertinentes, lo que implica un proceso prolongado. Wallace subrayó que este trabajo sienta las bases para una futura producción más sostenible y responsable de medicamentos.
Fuente: Agencia Sinc