En 2023, el número de mujeres en el ámbito científico y de ingenierías en la Unión Europea alcanzó la cifra de 7,7 millones, lo que representa un aumento de 381.200 respecto al año anterior. Esta tendencia subraya un movimiento hacia una mayor inclusión de las mujeres en disciplinas tradicionalmente dominadas por hombres.
A nivel general, las mujeres constituyeron el 41,0% de la fuerza laboral de científicos e ingenieros en la UE. Este porcentaje alcanzó su punto más alto en los servicios, donde representaron el 45,6% de los profesionales. Sin embargo, en el sector manufacturero, la participación femenina fue notablemente menor, con solo un 22,4%, y en otras actividades, este porcentaje se situó en el 23,9%.
La disparidad en la representación se acentúa a nivel de los Estados miembros, donde se registran diferencias significativas. Dinamarca lidera la lista con un impresionante 50,8% de mujeres en estas profesiones, seguido de España y Bulgaria, que también superan el umbral del 50%. En contraste, Hungría muestra la menor proporción, con solo un 30,7% de mujeres en el campo científico e ingenieril, seguida por Finlandia y otras naciones en la parte baja del espectro.
En cuanto a las regiones de la UE, existen 12 regiones donde las mujeres en ciencia e ingeniería son mayoritarias. Entre ellas se encuentran varias áreas de España, como Canarias (59,2%) y otras cuatro regiones que superan el 50%. Asimismo, en Portugal, la Región Autónoma de los Açores y Madeira muestran cifras similares. También destacan regiones en Polonia, Bulgaria y Suecia, donde la representación femenina es notablemente alta.
Por otro lado, las regiones con la menor participación femenina en estos sectores se encuentran en Hungría, especialmente en Közép-Magyarország (30,1%) y otras áreas que se mantienen por debajo del 32%.
Estos datos se publican coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, un recordatorio de la necesidad de seguir promoviendo la igualdad de género en campos donde su presencia sigue siendo insuficiente. La incidencia de la participación femenina en el ámbito científico no solo enriquece la investigación y la innovación, sino que también es esencial para construir sociedades más equitativas y justas.