En un reciente encuentro con especialistas en limpieza y sostenibilidad, el renombrado químico Dr. Alberto Sánchez abordó un tema que a menudo causa confusión en muchos hogares: la diferencia entre usar detergente líquido y detergente en polvo al momento de lavar la ropa. Durante la charla, el experto no solo explicó las características de cada uno, sino que también ofreció una guía sobre cuál podría ser la mejor opción dependiendo de las circunstancias.
El Dr. Sánchez comenzó destacando que ambos tipos de detergentes, líquido y en polvo, contienen surfactantes, que son responsables de romper las moléculas de grasa y suciedad adheridas a los tejidos. Sin embargo, la formulación de estos productos es diferente, lo que influye en su eficacia en distintas condiciones de lavado.
Por un lado, el detergente líquido se disuelve más fácilmente en agua, lo cual es una ventaja en ciclos de lavado con agua fría o tibia. Esta característica lo hace ideal para prendas delicadas y colores oscuros, ya que minimiza el riesgo de residuos que podrían causar decoloración. Además, el formato líquido permite aplicar el producto directamente sobre manchas difíciles, lo que garantiza una acción más localizada y efectiva.
En contraste, los detergentes en polvo suelen ser más efectivos en la eliminación de manchas orgánicas, como el barro o los alimentos, debido a su capacidad para liberar agentes blanqueadores en mayores concentraciones. Sin embargo, el Dr. Sánchez advirtió que el detergente en polvo puede no disolverse por completo en ciclos de lavado cortos o en condiciones de baja temperatura, lo que a veces deja residuos visibles en la ropa.
Con respecto al impacto ambiental, el experto indicó que los detergentes líquidos a menudo vienen en envases de plástico, lo que plantea un reto en términos de reciclaje. En cambio, los detergentes en polvo, generalmente vendidos en cajas de cartón, presentan un desafío menor al medio ambiente en cuanto a desperdicio de embalaje. Sin embargo, recomendó prestar atención a las fórmulas concentradas y biodegradables que están surgiendo en el mercado para reducir el impacto ecológico de ambos tipos de detergentes.
Finalmente, al ser consultado sobre cuál es la mejor opción, el Dr. Sánchez concluyó que no hay una respuesta definitiva. «La elección entre detergente líquido o en polvo debe basarse en las necesidades específicas de cada lavado», afirmó. Si se busca eficacia en temperaturas bajas y cuidado de los colores, el detergente líquido es la mejor elección. Por otro lado, si se requiere una limpieza enérgica y se cuenta con un ciclo de lavado que utiliza agua caliente, el detergente en polvo es una opción más adecuada.
Con su detallada explicación, el Dr. Sánchez invita a los consumidores a ser conscientes de las características y el impacto de sus opciones de lavado, promoviendo al mismo tiempo prácticas más sostenibles y efectivas en el hogar.